Cómo jugar nos hace más inteligentes

Ya forma parte de la sabiduría popular aquello de que, para aprender algo, lo mejor es aprenderlo por un medio divertido. De esa forma retenemos mejor la información y además pasamos un buen rato. Y esto no es una mera creencia, sino que ha sido demostrado por la ciencia en numerosos estudios. Pero la realidad es que las ventajas de algunos juegos no se limitan a facilitar el aprendizaje de una lección concreta. En realidad, hay cuantiosos beneficios que podemos obtener a través de muchas de las actividades que practicamos en nuestro tiempo de ocio para divertirnos o para distraer nuestra mente de los problemas. Y a diferencia de lo que muchos creen, esto también es cierto cuando se trata de personas adultas.

Juegos de mesa

Desde juegos que pueden proporcionar una mejora de nuestras capacidades psicomotrices y de coordinación, a juegos que mejoran nuestros reflejos, que fomentan el trabajo en equipo, la memoria, la creatividad o nuestra visión estratégica. No importa si son deportes, juegos de mesa o juegos de azar. La inmensa mayoría de pasatiempos o aficiones tienen algo que aportar y de lo que nos podemos beneficiar.

Y es que son muchos los juegos que ofrecen opciones para mejorar las habilidades cognitivas. Ejemplo de ello se encuentra en un juego clásico de cartas como es el póker. Este juego se ha considerado deporte mental debido a las técnicas y estrategias mentales que se necesitan para poder avanzar y ganar. Se trata de un buen ejemplo, puesto que para dominar el póker es necesario aprender o mejorar ciertas habilidades que son muy necesarias en otros muchos ámbitos. Este juego mejora nuestra inteligencia emocional, nuestra capacidad de concentración y, como podía faltar, la visión estratégica. Otros juegos pueden también potenciar estas aptitudes de forma similar a como lo hace el póker, pero tal vez llevan al jugador a centrarse más en el trabajo en equipo, es decir en saber gestionar el conflicto y saber comunicarse con los aliados y no tanto con los rivales. El cómo nos afecta un juego variará dependiendo de las reglas y de la naturaleza del mismo.

 

 

 

 

Videojuegos

Otro ejemplo de juego al que comúnmente solemos referirnos cuando hablamos de este tema son los videojuegos. La mayoría pueden ayudar a tomar decisiones de manera más ágil y rápida y en muchos casos, más eficaz. Aunque someter a nuestros ojos a periodos largos de hasta varias horas mirando a una pantalla puede resultar perjudicial, los videojuegos también pueden resultar beneficiosos para nuestra vista, ya que contribuyen a mejorar nuestro nivel de atención visual, permitiendo a nuestra mente retener una mayor cantidad de información de aquello que miramos y facilitar el proceso de comprensión real de lo que estamos viendo. Se trata de algo similar a la forma en la que la lectura nos permite mejorar nuestra comprensión lectora. De hecho, incluso hay datos de como jugar a videojuegos pueden ayudar a aquellos que sufren de un ojo vago.

En definitiva, las actividades de ocio no son una perdida de tiempo, no solo porque nos ayudan a disfrutar y a desconectar, sino porque, al mismo tiempo, también nos ayudan a mejorar diferentes aspectos de nosotros mismos que pueden resultarnos extremadamente útiles en nuestro día a día y en el entorno laboral. Esto es así especialmente si seleccionamos los juegos indicados para nosotros y los jugamos de la forma correcta y en las condiciones adecuadas. Así, se le puede llegar a sacar un rendimiento notable a lo que, de otro modo, podría simplemente ser una tarde de descanso y relajación. Pero en cualquier caso, lo más importante a la hora de entrenar nuestro cerebro y nuestro cuerpo, es que aquello que estemos haciendo lo hagamos con energía y con ganas. Y esto, sin duda, es algo que se da cuando estamos haciendo algo que nos gusta hacer y que nos divierte, solos o en compañía.

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