Redacción. El IRPF bajará entre 2015 y 2016 una media del 12,5% para el conjunto de los contribuyentes y un promedio del 23,5% para los contribuyentes que ganan menos de 24.000 euros anuales (el 72% del total), según el anteproyecto de ley de reforma fiscal que aprobó este viernes el Consejo de Ministros.
Además, algunos colectivos, como familias numerosas, con hijos discapacitados o ascendientes con discapacidad, recibirán una deducción de 1.200 euros anuales que se podrá cobrar por adelantado (a razón de 100 euros mensuales), como la que actualmente existe para hijos menores de tres años, y que podrá acumularse según la situación personal de cada uno de los contribuyentes.
Con el nuevo diseño del impuesto, que supondrá un ahorro en los dos años de 5.000 millones de euros y que impulsará el crecimiento del PIB en un 0,55% en 2015 y 2016, los nuevos tramos del IRPF se recortan a cinco desde los siete actuales. Así, irán del mínimo del 19% -frente al 24,75% actual- al 45% -frente al máximo del 52%-, según anunció el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro.
Todas las tarifas bajarán y lo harán en dos fases, una en 2015 y otra en 2016. Así, el primer tramo, para rentas inferiores a 12.450 euros, bajará del 24,75% al 20% en 2015 y al 19% en 2016. La que grava las rentas de entre 12.450 euros a 20.200 euros bajará al 25% en 2015 y al 24% en 2015.
Para las rentas de entre 20.200 y 35.200 euros, el tipo bajará al 31% el año que viene y al 30% en 2016, mientras que en las rentas de entre 35.200 y 60.000 euros la tarifa bajará al 39% en 2015 y al 37% en 2016. Finalmente, las rentas que superan los 60.000 euros tributarán a partir de 2015 a un tipo del 47%, que bajará al 45% en 2016.
El tipo máximo, igual que en 2011. De esta forma, el tipo máximo del IRPF, situado a partir de 2016 en el 45%, se situará en el mismo nivel que tenía en 2011, antes de que el Gobierno del PP subiera el impuesto, mientras que el tipo mínimo, en el 19% en 2016, se situará muy por debajo del 24% en el que se encontraba en 2011.
En esta misma línea, Montoro quiso dejar claro que la mayoría de los contribuyentes del IRPF pagarán a partir de 2016 menos de lo que pagaban en 2011, antes de que entrara en vigor la subida del impuesto que el Gobierno del PP aprobó. Concretamente, los que ganan menos de 12.000 euros al año no pagarán nada, frente al 2,27% que pagaban en 2011 y los que cobran unos 30.000 euros anuales pagarán un 4,63% euros menos que en 2011. En cambio, los que ganan a partir de 150.000 euros tributarán un 1,67% más que antes de subir el impuesto.
Junto con la rebaja de los tramos y los tipos, se extenderá la deducción de 1.200 euros para hijos menores de tres años a familias numerosas y con ancianos y dependientes a su cargo, lo que se conoce como impuesto de la renta negativo. Así, estos nuevos colectivos podrán cobrar por anticipado dicha deducción, a razón de 100 euros mensuales.
Así, una familia con hijos dependientes con una discapacidad superior al 33% podrá aplicarse dicha deducción, que puede cobrarse por adelantado a razón de 100 euros mensuales, así como un hogar con ascendientes dependientes con una discapacidad también del 33%.
Las familias numerosas con tres o más hijos también tendrán derecho a esta ayuda, o aquellas que tengan dos hijos pero uno de ellos presente una discapacidad del 33%. Las familias numerosas de categoría especial, con cinco o más hijos, o aquellos hogares con cuatro hijos y al menos tres por parto o adopción múltiple, o con cuatro hijos e ingresos anuales no superiores al 75% del Iprem también podrán beneficiarse de estos 100 euros mensuales.
Subida de los mínimos familiares. También para apoyar a las familias, el nuevo IRPF eleva los mínimos familiares una media del 32%. Así, por el primer hijo se incrementa en 564 euros, hasta los 2.400 euros anuales (un 30,7% más), para el segundo hijo se eleva 660 euros, hasta los 2.700 euros (un 32,3% más), para el tercer hijo se incrementa en 328 euros, hasta los 4.000 euros (un 8,9% más), y para el cuarto hijo se aumenta en 318 euros, hasta los 4.500 euros (un 7,6% más).
A su vez, el mínimo por hijo menor de tres años pasa de 2.244 euros a 2.800 euros, lo que supone un incremento del 24,7% (556 euros más), mientras que por cuidado de ascendientes menores de 65 años se eleva a 1.150 euros, un 25,2% más, y para ascendientes mayores de 75 años se incrementa hasta los 2.550 euros, un 25% más.
Por último, por el cuidado de dependientes con una discapacidad superior al 33% se incrementa casi un 30%, hasta los 3.000 euros anuales, mientras que para los que tengan una discapacidad inferior al 65% y movilidad reducida se sitúa en 6.000 euros, también casi un 30% superior a la que existe actualmente. Con una discapacidad superior al 65%, el mínimo se incrementa hasta los 12.000 euros anuales, un 28,2% más.
Montoro ha querido aportar algunos ejemplos de cómo se concreta la rebaja en determinadas situaciones. Así, una familia con dos hijos y un rendimiento del trabajo de unos 25.000 euros anuales pagará por IRPF un 13,94% menos, mientras que un soltero sin hijos con 12.000 euros de renta dejará de tributar. Por su parte, un autónomo sin hijos y con ingresos de 40.000 euros anuales disfrutará de una rebaja de casi el 10%.
Igualmente, para una familia con dos hijos, uno de ellos menor de tres años y que la madre no trabaje, y que obtenga unos ingresos anuales de 22.000 euros, la rebaja se eleva al 48,15%, mientras que un contribuyente casado con un hijo con discapacidad y con una renta de 17.000 euros pagará un 63% menos de IRPF con esta reforma, ya que podrá beneficiarse de la deducción de 1.200 euros por hijo discapacitado.
Bajada de impuestos. “Llega el momento de bajar impuestos para todos», subrayó Montoro al comenzar su intervención en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, tras destacar que el objetivo de la reforma fiscal, que establece un sistema tributario «más equitativo», es fortalecer el crecimiento económico, impulsar la creación de empleo y el crecimiento de la competitividad, además de favorecer el ahorro y la inversión.
Por su parte, para Soraya Sáenz de Santamaría, se trata de una reforma fiscal «estructural», que pretende «compensar los sacrificios» hechos por los ciudadanos en los años de la crisis y dinamizar el crecimiento y la creación de empleo.
La vicepresidenta ha subrayado que también es objetivo de esta reforma el implantar un sistema tributario «moderno» y «más equitativo», que favorezca también el ahorro y la inversión y la competitividad. La reforma se publicará el lunes en la web del Ministerio.