La pandemia del COVID-19 está generando un impacto económico y social en todo el mundo que ha llevado a la mayoría de analistas políticos y económicos a prever una crisis económica sin precedentes. La caída del consumo y la producción, el freno a la exportación e importación, la limitación de movimientos o la ingente inversión económica pública destinada por los estados para paliar los daños son sólo algunos de los factores que hacen prever una caída del Producto Interior Bruto (PIB) en Europa cercana al 8% durante este 2020.
Europa está siendo una de las zonas más afectadas en todo el mundo por el COVID-19, en especial los denominados países del sur con Italia y España a la cabeza. Los responsables políticos de estos países han sido, precisamente, los más “bélicos” a la hora de pedir a la Unión Europa que inicie una serie de ayudas para paliar la situación actual y garantizar un futuro a sus ciudadanos con el menor coste económico para la población.
La petición de Italia y España, quienes defienden los coronabonos, no sido recibida con buenos ojos por una parte de sus socios europeos como Países Bajos o Alemania, por ejemplo, quienes defienden otro tipo de iniciativas económicos que ayuden a la reconstrucción europea tras superar la fase más aguda de la pandemia del coronavirus COVID-19.
Hasta el momento y a falta de una concreción mucho mayor, Europa está tomando diferentes soluciones y medidas para ayudar a los integrantes de la UE, aunque todavía no hay nada claro. De hecho, las últimas semanas han sido protagonizadas por momentos de tensión entre los países miembros debido, precisamente, a que no todos coinciden en los términos en los que se deben impulsar las ayudas a la reconstrucción europea.
Hasta el momento, las iniciativas que se han llevado a cabo son las siguientes:
- El Banco Central Europeo (BCE) ha anunciado un nuevo programa de compras por valor de 750.000 millones de euros ante la crisis del coronavirus. Además en una nota de la institución se indicaba que “el consejo de gobierno hará todo lo necesario dentro de su mandato» y está «totalmente preparado para aumentar el tamaño de sus programas de compra de activos y ajustar su composición, tanto como sea necesario y durante el tiempo que sea necesario».
- Fondo de reestructuración de la UE. Las negociaciones de los países miembros también están yendo en la línea de crear un tipo de iniciativa parecida al Plan Marshall que Estados Unidos realizó con Europa durante la II Guerra Mundial con el lanzamiento de un préstamo económico para reactivar la industrial. Sin embargo, aquí en Europa será diferente, aunque todavía no hay un acuerdo. Mientras que países como España e Italia piden una emisión de dinero a fondo perdido, los socios europeos no lo tienen tan claro y quieren que el dinero prestado se devuelva a un tipo de interés más relajado. Al respecto, las últimas noticias señalan que la Comisión Europea ha propuesto un Programa de Recuperación de la Unión que aspira a movilizar alrededor de 1,6 billones de euros para combatir el impacto económico de la covid-19. Si quieres saber en qué consistió el Plan Marshall puedes leerlo en el enlace.
- La petición de los coronabonos: una propuesta descartada. Por otra parte, la emisión de coronabonos, defendida sobre todo por España, está descartada en su totalidad por la UE. Y es que nadie quiere transferir dinero a fondo perdido a unos países como Italia o España que, a pesar de ser los más han sufrido la crisis del COVID-19, son dos de los estados que tienen un mayor endeudamiento.
Cuál es el objetivo de las iniciativas
La salida al mercado y emisión de 1,5 billones de euros, por parte de la Comisión Europea, o la compra de deuda pública que prevé hacer el Banco Central Europeo tienen el objetivo de poner en la economía la cantidad de dinero suficiente para minimizar los daños causados por el COVID-19 en la economía mundial y ayudar a la reconstrucción económica y social de Europa.
Frente a otras políticas monetarias que defienden que en periodos de recesión es necesario apostar por la austeridad, las lecciones del Plan Marshall nos enseñan que la creación de un paquete masivo de ayudas para la recuperación y reconstrucción fomenta la compra de productos de las empresas, ya sean bienes de primera necesidad o de otro tipo de productos como pueden ser materias primas para infraestructuras.
Además, el Plan Marshall también sirvió para potenciar e incrementar la producción industrial de Europa tras la II Guerra Mundial, motivando al mismo tiempo una renovación de los sistemas industriales y la consecución de mejoras sociales y de derechos laborales en la población.