
Redacción. Los juegos en línea se han convertido en una de las actividades de entretenimiento más populares de internet. Esta figura podría parecer algo nuevo, pero su historia se remonta hasta 1969, donde se utilizaba BBS, o sistemas de tablones, que funcionaba como un sistema informático que ejecutaba un software que permitía a los usuarios conectarse e iniciar sesión para jugar en línea, compitiendo con usuarios de otras partes. Esta era una opción ortodoxa que ha evolucionado y se ha perfeccionado con el paso de los años, por el auge del internet y por sus costos más económicos, que le has vuelto más accesible para las personas de clase media y baja.
Adicional a las facilidades que presenta el juego online, y su libertad de poder jugarlo en la comodidad de su hogar, otro punto fundamentar que ayudó a incrementar el uso del juego de azar en los métodos cibernéticos, es la creación y el auge de los Smartphones. Ofrecer acceso a los juegos, ya sea apuestas deportivas, juegos casinos, bingo, poker, o incluso juegos tradicionales como el dominó online en un teléfono, ha logrado que este tipo de modalidad se fortalezca y crezca en el mercado actual, hasta prever que en el 2016 significara el grosor del 30% de ingresos de apuestas de juegos de azar netos en España, con una recaudación de diez millones de euros.
Otro beneficio de los juegos online, y que han ayudado a su fortalecimiento, es la forma en cómo han mantenido vigente los juegos tradicionales. Hay muchos hábitos y tradiciones que se han perdido gracias al avance constante de la tecnología; pero en el área del azar, se busca más bien reinventar lo antiguo, desarrollando aplicaciones para Smartphones, tabletas o páginas web para integrarlos, ofreciendo opciones que antes no eran posibles o siquiera podrían ser consideradas.
Un ejemplo de ello lo vemos en el Dominó, un juego que surgió hace mil años con base de los juegos de dados, y que fue introducido y extendido por los italianos en el siglo XVIII. Ahora desde un teléfono inteligente puede jugarse con distintas personas en la red, en cualquier parte del mundo, apostando con dinero falso o real, pero sin perder su esencia original.