Redacción. Tras dos años de reforma, el Museo de la Basílica de la Virgen del Pilar vuelve a abrir sus puertas. Las joyas donadas por los fieles devotos de la Virgen del Pilar a lo largo de la historia forman un patrimonio de gran valor artístico y espiritual. Estas donaciones son gestos de agradecimiento o de petición que los fieles tienen hacia la Virgen del Pilar. Piezas de oro, platino y piedras preciosas, mantos de seda y terciopelo, relicarios, camafeos, colgantes… Obsequios que simbolizan una muestra de cariño y respeto que numerosos creyentes le han profesado siglo tras siglo.
Tras la reforma, una figura de Nuestra Señora de la Virgen del Pilar, la procesional, preside el museo, a ella van dirigidas cada uno de los presentes que allí se exponen. Un viaje por la historia que arranca con un olifante de marfil o cuerno de caza, donado por Gastón de Bearne tras la Reconquista de Zaragoza en el siglo XII, y que sigue con relicarios elaborados por talleres aragoneses en pleno Renacimiento, hasta llegar a fechas más contemporáneas, como el solideo y el rosario del papa Juan Pablo II, donado en su visita a la basílica en 1982.
Sin embargo, la obra más preciada es la corona de la Virgen del Pilar, con 27. 000 incrustaciones, elaborada por los talleres Ansorena con las joyas y pendientes de las mujeres españolas, con motivo de la coronación canónica de la Virgen en 1905. Con rubíes, esmeraldas, diamantes, amatistas y perlas. Esta corona fue bendecida por el papa Pío X en Roma y es llevada por la Virgen del Pilar en contadas ocasiones, como el 12 de octubre, el 2 de enero (tradición de la Venida de la Virgen a Zaragoza) y el 20 de mayo ( La Coronación).
Los archivos del templo recogen los datos de las innumerables personajes que se han unido a esta tradición tan arraigada, Alfonso XII y María Cristina, Carlos IV y María Luisa de Parma, los reyes Juan Carlos I y doña Sofía… Una tradición inmortal que continúa hasta hoy, porque los fieles siguen adorando y agradeciendo a Nuestra Señora de la Virgen del Pilar con sus ofrendas más valiosas.