Cristina Abad Cabal. Como es costumbre año tras año, con la llega de las fechas navideñas comienzan también las interminables comidas y cenas más copiosas de todo el año. Es algo inevitable, una de empresa, otras con amigos y por supuesto las más importantes que son las familiares. Aunque es imposible faltar a estas citas, no lo es llevar a cabo algunos truquitos para salir de ellas sin esos kilos de más que tanto hacen que nos arrepintamos de haber llevado la alimentación navideña hasta el exceso.
Uno de los puntos clave a tener en cuenta y que no se puede obviar ni si quiera en Navidad, realizar todas las comidas del día, es decir, no vale hacer un almuerzo muy calórico y por ello saltarse alguna de las siguientes comidas.
Mantén la máxima de que el desayuno es la comida más importante del día y no olvides que una pieza de fruta o una infusión a media tarde o a media mañana, ya que ayudan a mantener a raya las ganas de ingerir hidratos y azúcares.
De cara a las comidas y cenas navideñas que tanto nos preocupan, es muy importante tener en cuenta que el pan y el postre final suelen ser los culpables de que nos estemos pasando de la raya. Para intentar no cruzar esta delgada línea entre salir a comer fuera e ir a un restaurante a celebran un festín, es necesario controlar las dosis de este tipo de alimentos altos en hidratos de carbona, que tanto se tardan en eliminar por nuestro organismo. Un consejo sería, intentar pedir pan integral o de cereales (en el caso de que no podamos evitar comerlo) e intentar no pedir postre y sustituirlo por un té, serían dos buenas opciones.
Aunque somos conscientes que el ritmo que llevamos en estas fechas es frenético, no debemos ponernos excusas y abandonar los buenos hábitos como son: beber dos litros de agua al día, comer fruta y seguir teniendo una rutina de ejercicio. Un truco es llevar siempre consigo una botella pequeña de agua y una pieza de fruta, de esta manera estemos donde estemos siempre podremos estar hidratados y tener un tentempié sano siempre a mano. Por otro lado, si no encontramos el hueco para hacer deporte, siempre podemos ir de un lado a otro caminando, ya que andar es un buen sustituto de la hora de gimnasio habitual.
El siguiente consejo se basa en marcarnos unas fechas clave donde nos sintamos libres y relajados a la hora de sobre pasar los límites en lo relativo a una alimentación equilibrada. Normalmente los días más comunes sueles ser Nochebuena, Nochevieja y el día de Reyes, si prefieres modificar estos días festivos y cambiarlos por aquellos en los que tengas grandes comilonas, no hay problema, pero recuerda no pasar de un máximo de tres o cuatro días “libres” durante estas fechas, sino la finalidad de que tras estos días tu cuerpo se mantenga igual de saludable quedará truncada.
Por último, es importante destacar que el alcohol y la vida sana no son compatibles. Las bebidas alcohólicas son uno de los grandes enemigos en estos días, por ello, debemos tener en cuenta que el vino, la cerveza o la sidra son las bebidas alcohólicas con menor graduación y, por lo tanto, las que menos engordan, incluso en dosis muy pequeñas pueden resultar beneficiosas. Apuesta por ellas y evita tomar combinados que cuentan con tantos azúcares e hidratos de carbono; tu cuerpo agradecerá estas medidas sobre todo a la hora de realizar la digestión y tener un buen tránsito intestinal.