Carlos Fernández / @karlos686. “Perfección es no obsesionarse solo con la técnica, perfección es dejarse llevar” decía Vincent Cassel en Cisne negro (Darren Aronofsky), una cita que podría aplicarse a la dirección y guión de Carlos Vermut para Magical girl, película con la que comparte mucha luz y oscuridad por cierto. La perfección en una pantalla de cine, en términos de imagen, suele ser algo muy “kubrickiano” (y es que uno no puede evitar pensar en el Eyes Wide Shut de Stanley Kubrick al visionar Magical girl) y esta película, ganadora a la mejor película y en la mejor dirección en el Festival de San Sebastián este año, logra la más absoluta perfección jamás vista en el cine español de los últimos tiempos, una obra de arte desde hoy consolidada como un clásico de nuestro cine.
Difícil de contar, Magical girl logra ser distinta, inteligentísima y misteriosa. El espectador que la visione rememorará El quimérico inquilino o El cuchillo en al agua, ambas de Roman Polanski, y es que la película juega a la lucha de géneros entre el drama psicológico, el thriller, el surrealismo y sobre todo el neo-noir, una mezcla que muy pocos directores como los mencionados anteriormente ha logrado, por lo que Vermut se consolida como un gran creador de atmósferas. Su director nos ofrece emoción, pero no gratuitamente… de hecho pocas películas exigen un altísimo nivel de atención como ésta por parte del espectador; sus personajes y lo que cuentan tiene un magnetismo como solo un gran creador de historias puede hacer.
Mundo, demonio y carne. Estos son los tres capítulos que dividen el puzzle, con piezas que faltan, de Magical girl, un puzzle donde todo encaja al final de cada diálogo. Es imposible comprenderla en todos sus laberínticos tramos, es una película que invita a la atención, a la narrativa, es decir a que nos cuenten una historia, y a la reflexión, lo cual resulta curioso pues Vermut no se esfuerza por dramatizar en exceso a sus personajes, sus diálogos no los definen tampoco, lo que define a los personajes son sus acciones.
Bárbara, interpretada mágicamente por Bárbara Lennie, es la representación de la perdición, de que el dolor crea monstruos, de la mentira, del mal… en un papel tan misterioso que creo nunca se podrá terminar de averiguar en qué se basa para funcionar, una extraña y perversamente seductora niña de fuego… José Sacristán realiza el mejor papel de su carrera en un personaje muy elaborado que devora todas sus escenas dotando de vida a Damián.
Los chantajes, el amor, los celos, el sexo, la venganza… son los elementos de una película que podría ser la principal representante del movimiento del nuevo cine español, momento que vivimos ahora y que protagonizan películas como Stockholm, La herida, La jungla interior, Gente en sitios… Magical girl preside desde hoy un movimiento protagonizado por jóvenes autores que cuentan su historia de manera diferente y ésta es una película destinada a pasar a las páginas de la historia del cine y lo mejor de ella es que es imposible desentrañar todos sus secretos. Carlos Vermut nos da 999 piezas para un puzzle de 1.000 llamada Magical girl.