Redacción. Dos embarcaciones de la policía gibraltareña y otra de la Royal Navy británica han prestado escolta a un pesquero que huía de una patrullera de la Guardia Civil, según han informado a Europa Press fuentes del Instituto Armado, que tachan de «falsa» la versión ofrecida por las autoridades del Peñón.
Gibraltar había acusado este martes a la Guardia Civil de «embestir» la embarcación de dos pescadores locales y que un agente les «apuntó con una pistola» en las aguas en disputa que rodean el Peñón, cuya soberanía España no reconoce al Reino Unido.
Huyeron dos veces. El incidente comenzó cuando una patrullera de la Guardia Civil de la Comandancia de Algeciras que estaba haciendo un servicio se topó con una embarcación pesquera que aseguró que estaba faenando, concretamente pescando atún rojo. Según las fuentes consultadas, los agentes del Instituto Armado les pidieron la documentación para revisar la licencia, pero fue imposible dado que se dieron a la fuga.
En la huida, siempre según las mismas fuentes, el pesquero se dirigió hacia Gibraltar y a tres millas naúticas del Peñón decidió detenerse. Al ser alcanzado por la Guardia Civil, los pescadores insistieron en que estaban pescando y aparentemente accedieron a que los agentes subieran a su embarcación para revisar la documentación solicitada e inspeccionar la pesca. No obstante, cuando la Guardia Civil iba a proceder a este trámite, la embarcación volvió a emprender la huida.
En ese momento, aparecieron dos patrulleras de la Royal Police gribraltareñas y una semirígida de la Royal Navy británica que procedieron a darle escolta al pesquero impidiendo el acceso a la Guardia Civil, según estas fuentes.
Impidiendo el acceso. Reino Unido viene ejerciendo soberanía hasta tres millas naúticas a pesar de que España no reconoce a Gibraltar más aguas que las del interior del puerto ya que por el Tratado de Utrech de 1713 solo cedió a la comunidad británica la ciudad y el Castillo de Gibraltar junto a su puerto, defensas y fortaleza no así el istmo que separa el Peñón de la península ni las aguas circundantes.
Las autoridades gibraltareñas y británica cuestionaron al pesquero acerca de sus actividades y continuaron así hasta el puerto, momento en el que la Guardia Civil tuvo que retirarse sin poder finalizar su tarea. Las fuentes consultadas niegan que ningún agente apuntase a los pescadores con una pistola y aseguran que la patrullera de la Guardia Civil resultó dañada en un momento en el que se aproximaron para revisar la documentación a los pescadores.