Redacción. Consumir probióticos durante un mes ayuda a disminuir la acumulación de grasa en el hígado, según ha demostrado un equipo de investigadores del grupo ‘Bioquímica de la Nutrición. Implicaciones Terapéuticas’ y del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos ‘José Mataix’ de la Universidad de Granada, cuyo ha sido publicado en la revista ‘PLOS ONE’.
En concreto, los expertos han demostrado que la administración de tres cepas de probióticos disminuye la acumulación de grasa en el hígado de ratas obesas. Y es que, la acumulación de grasa en el hígado, denominada esteatosis, constituye el primer estadio de la enfermedad asociada a la obesidad y a la diabetes, la NAFLD.
Los probióticos son microorganismos (bacterias o levaduras) que confieren efectos saludables a la persona que los toma en cantidades adecuadas. Tradicionalmente, solo se consideraban microorganismos vivos, pero el concepto se amplió pues algunos microorganismos muertos, o incluso componentes de éstos, pueden exhibir propiedades probióticas.
En este sentido, los investigadores de la UGR trabajaron con tres cepas que están depositadas en la Collection Nationale de Cultures de Microorganismes (CNCM) del Instituto Pasteur: ‘Lactobacillus paracasei CNCM I-4034‘, ‘Bifidobacterium breve CNCM I-4035‘ y ‘Lactobacillus rhamnosus CNCM I-4036‘.
Así, en un primer experimento, llevado a cabo en voluntarios sanos, los investigadores, demostraron que las tres son perfectamente toleradas y seguras para su consumo humano. Posteriormente, las cepas se administraron durante 30 días en la dieta a ratas ‘Zucker’, las cuales desarrollan obesidad debido a una mutación en el gen que codifica el receptor de la leptina, hormona que transmite al organismo una señal de saciedad.
«La administración de los probióticos produjo una acumulación de lípidos (mayoritariamente triacilgliceroles) en el hígado significativamente menor que la que tuvo lugar en ratas alimentadas con un placebo. Además, este hallazgo se acompañó de unos menores valores de moléculas proinflamatorias (factor de necrosis tumoral-a, interleuquina-6 y lipopolisacárido) en el suero de las ratas alimentadas con probióticos, efectos que no se observaron con el placebo», ha comentado el autor principal del estudio, Luis Fontana Gallego.
No obstante, los investigadores han reconocido que la enfermedad hepática no se va a curar con los probióticos aunque, tal y como han señalado, estos microorganismos sí pueden servir como terapia coadyuvante a otros tratamientos.