Redacción. Un total de 800.000 peregrinos, muchos de ellos españoles, han acudido en Roma a la ceremonia que ha convertido a Juan XXIII y Juan Pablo II en el 79 y 89 papas santos proclamado por la Iglesia Católica, según datos facilitados por la Oficina de Prensa del Vaticano.
Las 122 delegaciones oficiales han comenzado a llegar hacia las 09.00 horas al sagrato, la parte de la Plaza de San Pedro, y los Reyes de España han ocupado sus asientos hacia las 09.30 horas, junto con los ministros de Exteriores, José Manuel García Margallo, Interior, Jorge Fernández, y Justicia, Alberto Ruiz Gallardón. Los Reyes se han situado en la primera fila, reservada a los Jefes Estado, a la derecha del altar. A su izquierda, se encontraba la delegación polaca -la más numerosa por San Juan Pablo II- y a la derecha del Rey, se situaban los reyes belgas.
Doña Sofía ha portado un traje largo blanco con mantilla y peineta, como corresponde a las reinas católicas, y Don Juan Carlos, de traje oscuro con la insignia de la Orden Piana (Pio IX), máxima condecoración pontificia, que reconoce las mejores relaciones de los Estados con Vaticano y que le fue concedida al monarca español, según informa la Casa Real. Por una dispensa Papal solamente las Reinas de España y Portugal pueden lucir mantilla blanca ante el Papa; y como en Portugal no hay monarquía regente, en la práctica, sólo la reina de España está en disposición de vestir mantilla blanca ante el Papa.
Asimismo, el Prefecto de la Casa Pontificia, Georg Gänswein, ha saludado uno por uno a los miembros de la delegación española a su llegada a la Plaza de San Pedro.
La ceremonia. A las 9.53 horas ha comenzado la Procesión de Ingreso. El Papa Francisco ha llegado en procesión a las 10.00 horas a la Plaza de San Pedro. Allí ya se encontraba el Papa emérito Benedicto XVI que, vestido con los parámetros sagrados, ha sido recibido con una gran ovación, ha ocupado su asiento hacia las 09.30 horas en el sector izquierdo, y ha saludado al resto de los cardenales concelebrantes en una ceremonia que ya se conoce como la de los cuatro papas. En total hay 150 cardenales, 1.000 obispos y 6.000 sacerdotes.
La misa en latín ha estado precedida por la coronilla de la Divina Misericordia, que se recita empleando el rosario, y por cantos interpretados por los coros de Roma, Bérgamo, Cracovia y el coro oficial de la Capilla Sixtina.
El acto ha comenzado con el canto de la Letanía de los Santos y, a continuación, el prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, el cardenal Angelo Amato, ha hecho tres peticiones al Pontífice para que inscriba a los beatos -en este caso, Juan Pablo II y Juan XXIII- en el libro de los Santos. Primero lo pide con «gran fuerza», una vez más con «mayor fuerza» y, por último, con «grandísima fuerza».
A continuación, el Santo Padre ha ejercicido toda su autoridad como cabeza de la Iglesia universal a través de una oración: «En honor de la Santísima Trinidad, por la exaltación de la fe católica y el incremento de la vida cristiana, con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo y de los santos apóstoles Pedro y Pablo, después de haber reflexionado largamente e invocado la ayuda divina y escuchando el parecer de muchos de nuestros hermanos obispos, declaramos santos a Juan XXIII y a Juan Pablo II».
Francisco ha continuado diciendo que les inscriben en el libro de los Santos y que establecen que sean venerados por toda la Iglesia. Y concluirá: «En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo».
Después, se han llevado hasta el altar los relicarios que contienen las reliquias de los santos, una ampolla de sangre en el caso de Juan Pablo II y un pedazo de piel desprendido durante la exhumación, en el caso de Juan XXIII. Concretamente, la reliquia de Roncalli la han portado familiares del santo, entre ellos, su sobrino, mientras que la del Papa Wojtyla ha sido llevada por Floribeth Mora, la mujer de Costa Rica que se curó de un ictus milagrosamente al pedir la intercesión de Juan Pablo II.
Tras la procesión, el cardenal Amato ha mostrado su agradecimiento al Papa Francisco por la canonización, se ha cantado el Gloria y se han escuchado las lecturas correspondientes al segundo domingo de Pascua. Además, debido a la solemnidad de la celebración, el Evangelio ha sido cantado en latín y griego.
También se han leído cinco peticiones, la primera de ellas en español -para que la belleza de la vida nueva resplandezca siempre en la Iglesia y que todos los hombres reconozcan en ella a Jesús resucitado y vivo-. A esta le han seguido los ruegos en árabe, inglés, chino y francés, en los que se cita a los hombres de la cultura, de la ciencia y del gobierno.
Además, en la plegaria eucarística se ha escuchado por primera vez los nombres de estos dos santos como San Juan Pablo II y San Juan XXIII. La ceremonia ha durado unas dos horas y ha concluido con el Regina Caeli, oración típica del tiempo de Pascua.
Recepción a los Reyes. Por otro lado, tras la ceremonia de canonización, el Papa Francisco recibirá a los Reyes de España, Don Juan Carlos y Doña Sofía, el próximo lunes 28 de abril a las 12.00 horas en una audiencia privada en el Estudio del Aula Pablo VI, el mismo lugar donde recibió a la reina Isabel II.
La del lunes 28 será la primera vez que los Reyes y Francisco se encuentran, ya que en la ceremonia de inicio del Pontificado del Papa Francisco, el 19 de marzo de 2013, la Casa Real Española estuvo representada por los Príncipes de Asturias, Don Felipe y Doña Letizia.
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