Rodrigo Sorogoyen: «Fue divertido construir una historia pequeña y hacerla grande»

Una escena de 'Stockholm'.
El director Rodrigo Sorogoyen. / Foto: a6cinema.com
El director Rodrigo Sorogoyen. / Foto: a6cinema.com

Carlos Fernández. Stockholm, ganadora del premio a la mejor dirección, mejor actriz (Aura Garrido) y mejor guión novel en el prestigioso Festival de Málaga de 2013 y mejor actor revelación (Javier Pereira) en los últimos premios Goya de este 2014 se revela como una de las sorpresas del cine español más reciente, creando una historia minimalista, sincera, íntima y… ¿romántica? Hablamos con su director y coguionista Rodrigo Sorogoyen.

– He visto varias veces Stockholm y es una de esas películas que a nivel narrativo el espectador debería ver dos veces para comprender todo lo que esconde cada frase y cada diálogo, que no son pocos. ¿Qué tal es iniciarse en el largometraje con una historia que exige unos diálogos vivos y con ritmo durante todo el metraje?
– Yo no diría que fue duro, fue muy estimulante, además escribí Stockholm con Isabel Peña y los dos somos conocidos desde hace años y escribíamos bien juntos. Si te das cuenta, el 90% de los diálogos en la película son banales y sin importancia, que es precisamente la gracia de la historia que queríamos contar, pero me parecen más importante los silencios, los momentos en los que no hablan, las miradas, los gestos, creo que ahí está el verdadero espíritu de la historia, tan compleja, que queríamos contar.

– Coescribiste la película con Isabel Peña. ¿Utilizasteis cada uno vuestras perspectivas como hombre y mujer en una película que es, en muchos aspectos, una guerra de sexos?
– No lo pactamos como tal (ríe), pero ciertamente cada uno utiliza lo que sabe y lo que puede. Yo coincido en cosas con el personaje de Aura Garrido y otras con Javier Pereira pero no necesariamente por ser mujer y hombre. Sí ciertamente te digo que creo que Stockholm es una película que no habría salido así escrita por dos hombres o dos mujeres, así que, en cierto modo, sí nos hemos compenetrado.

– Una cosa que me llama mucho la atención de la película es cómo consigue convertir lo real, lo cotidiano en un espectáculo. Los sentimientos más personales de estos dos desconocidos están en el aire, así como muchas mentiras y muchos tipos de manipulación sentimental. Es decir, es una película que juzga muy severamente, y he de decir que sin falta de razón, a las generaciones contemporáneas con su visión en la búsqueda del amor, ¿estás de acuerdo con esto?
– No estoy de acuerdo con la palabra juzgar, no creo que sea lo que hemos pretendido. Isabel y yo nos incluimos dentro de esta generación también y lo que hemos contado ha sido un retrato, retrato de experiencias mías, suyas o de amigos de amigos, pero sí es cierto que todos podríamos contar historias parecidas a las de estos dos desconocidos en Stockholm, lo cual es algo que hace que tenga buena relación con el público, cosa que me alegra muchísimo.

Una escena de 'Stockholm'.
Una escena de ‘Stockholm’.

– El personaje de Aura Garrido se nos muestra como un personaje que parece haber tenido alguna especie de trauma sentimental en su pasado, del que le ha costado mucho trabajo salir y se enamora de muchas mentiras. Creo que todos, o la mayoría, podríamos contar una historia parecida a la de su personaje y que es algo que hace que la película guste tanto. ¿Es una historia real la de él y ella?
– La historia en sí no es real, ni ella ni él existen, es más bien un retrato simbólico de los actos de muchas personas, personas que conocemos o experiencias propias que hemos vivido. Isabel y yo tomamos todo y creamos una historia con forma, es una mezcla de anécdotas y, como ya digo, me identifico con cosas de ambos personajes.

– Tratas de forma transparente lo mejor y lo peor de tus personajes en menos de 24 horas. ¿Fue divertido iniciarte en el cine con un relato minimalista?
– Que los personajes se conozcan esa noche y, con ellos, el espectador es un gran acierto de la película a mi modo de ver, ya que todos al conocernos podemos sacar lo mejor y luego descubrir que no todo es cierto… Pero sí fue divertido construir una historia pequeña y hacerla grande. La película se rodó en 13 días, que es muy poco, la postproducción fue muy cara, pero yo solo puedo decir maravillas de Stockholm. Es lo mejor que me ha pasado en mi vida profesional y también en muchos ámbitos en lo personal, solo tengo agradecimientos a esta experiencia.

– ¿Tienes otros proyectos por delante parecidos a Stockholm?
– En temas económicos hay que seguir ajustándose a películas pequeñitas o cortometrajes, pero sí tengo varios proyectos por delante, somos una productora pequeña y hay que seguir creciendo y, por supuesto, seguir haciendo películas, siempre haciendo cine y viviendo experiencias como las que he vivido con Stockholm.

Muchas gracias Rodrigo

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