Redacción. Toledo se ha volcado un año más con el Corpus Christi a pesar del calor y la coincidencia con la proclamación Felipe VI. Turistas y vecinos de la capital regional han tomado las calles de la ciudad, decoradas para la ocasión como es tradicional -pero también con alusiones al Año Greco– para ver la Custodia de Arfe.
La festividad, como viene siendo tradicional, ha comenzado a las 8.00 horas con el disparo de las bombas reales y la misa pontifical oficiada en rito hispano-mozárabe por el arzobispo de Toledo y Primado de España, Braulio Rodríguez.
La misa ha concluido sobre las 11.15 horas pero no ha sido hasta las 12.00 cuando la Custodia de Arfe ha iniciado el recorrido procesional por las calles toledanas tras resonar en toda la ciudad las ‘salvas reales’, que indican la salida del Cuerpo de Cristo del Templo Primado.
Como es habitual, uno de los momentos más solemnes se ha producido frente al Arco de la Sangre, con la tradicional alocución del arzobispo, que ante cientos de fieles congregados y ante la Sagrada Forma, ha dicho que aunque el orden en la sociedad es una labor del Estado, «la Iglesia no puede ni debe quedarse al margen de la justicia».
La tradición. Es tradición que con la primeras luces del día las calles del casco antiguo de Toledo se cubran de ramilletes de tomillo y romero y que los cohetes y morteros anuncien la fiesta grande de la capital regional en la que se engalanan los muros de la Catedral Primada con bellos tapices de los siglos XVI y XVII.
La procesión del Corpus Christi de Toledo salió por primera vez en 1263, y en la actualidad está declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional. Con motivo del mismo, las calles de la ciudad se engalanan desde días antes con diferentes adornos, flores, tapices y mantones de Manila que cuelgan de los balcones.
Tras finalizar la procesión, y después de volver de nuevo la Custodia de Arfe a la Catedral -momento que ha sido igualmente anunciado por las ‘salvas reales’- ha tenido lugar el desfile de los militares por la Plaza de Zocodover hacia la Academia de Infantería, que pone punto y final a la celebración.