María Jesús Del Barco advierte de la creciente intromisión de la clase política en el poder judicial

/COMUNICAE/

Se cree que «difícilmente se puede defender la independencia judicial cuando un juez cuelga la toga para dedicarse a la política y después vuelve a ejercer la judicatura»

La decana de los jueces de Madrid y presidenta de la Asociación Profesional de la Magistratura (APM), la magistrada María Jesús del Barco, advierte de la creciente intromisión del poder político en la actividad de los jueces, poniendo en riesgo su independencia.

En declaraciones en ‘Territorio Líder’, programa de entrevistas que dirige y presenta el periodista Graciano Palomo y que produce UDIMA Media, la unidad audiovisual de la Universidad a Distancia de Madrid, UDIMA, Del Barco recuerda que «ser juez significa resolver los conflictos de los ciudadanos aplicando la norma jurídica, y en un país democrático supone la última frontera de los ciudadanos para defender sus derechos».

En este contexto, admite como representante de la mayor asociación de jueces y magistrados del país, que «se tiene mala prensa, pero interesada por parte de la clase política, porque no siempre se ayuda mucho, ya que lo que se hace en ocasiones es investigar casos de corrupción y alguno termina en la cárcel».

Aunque sobre el papel, la decana de los jueces de Madrid señala que «el poder judicial es independiente, matiza, y lamenta al mismo tiempo, que se ve cómo cada vez más el poder ejecutivo, que cada vez tiene más completamente colonizado el legislativo, quiere controlar el judicial».

Recuerda la magistrada Del Barco que «el poder judicial es el único que puede decir a la clase política lo que en esta ley o en la aplicación de esta norma concreta se puede o no se puede hacer, y, al final, el control efectivo es del poder judicial. Por eso se tiene esa mala prensa, porque a nadie le gusta que le controlen, y a quien tiene el poder aún menos. Y un poder descontrolado se convierte en tiranía».

Por otra parte, María Jesús del Barco se muestra contraria a las puertas giratorias para jueces, que en un momento dado abandonan el ejercicio de sus funciones para desempeñar responsabilidades políticas, y luego regresan a su puesto para seguir impartiendo justicia.

«Difícilmente se puede defender la independencia judicial cuando un juez cuelga la toga para dedicarse a la política y después vuelve a ejercer la judicatura. ¿Cómo venderse como un juez independiente? ¿Quién se lo va a creer?, se pregunta la magistrada Del Barco, quien asevera que un juez, además de serlo tiene que parecerlo, pues, a su juicio, la independencia del juez debe percibirse por el ciudadano como real».

Fuente Comunicae