Redacción. El próximo lunes, 28 de abril, el georradar para buscar los restos de Miguel de Cervantes entrará en el convento de las Trinitarias, en pleno barrio madrileño de Las Letras, según ha ha comunicado el Ayuntamiento de Madrid.
Además, este viernes a las 10.00 horas el historiador Fernando de Prado, el investigador y experto en el uso de georradar Luis Avial y el antropólogo forense Francisco Etxeberría presentaran en rueda de prensa en el Museo de San Isidro (en el barrio de La Latina) el proyecto de investigación sobre el lugar de enterramiento en Madrid de Miguel de Cervantes. En la comparecencia antes los medios, los expertos profundizarán en los aspectos históricos que apoyan la hipótesis en torno al enterramiento de Miguel de Cervantes en el convento de las Trinitarias, así como los matices técnicos de la investigación.
Tal y como aseguro el geofísico y colaborador habitual de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado Luis Avial, la búsqueda de los restos de Miguel de Cervantes en el convento de las Trinitarias Descalzas de San Ildefonso «no es uno de los trabajos más difíciles que se pueden hacer con el georradar».
Además, el director técnico de Cóndor Georadar explicó que está «absolutamente documentado» que Cervantes fue enterrado en este convento de la orden trinitaria, «a la cual debió principalmente su rescate» cuando fue apresado en Argel, como reza la placa conmemorativa que preside un lateral del edificio. Sin embargo, no está documentado que el cuerpo del escritor fuera exhumado una vez que se remodeló el convento y posteriormente se edificó la actual iglesia. Por tanto, se presupone que los restos óseos se trasladaron a un lateral del nuevo templo.
Así que, cuatro siglos después de la muerte del genio del Siglo de Oro, el Ayuntamiento de Madrid ha dado luz verde a una financiación inicial de 12.000 euros para iniciar la búsqueda mediante georradar, después de que la Comunidad autorizara al promotor del proyecto, el historiador Fernando Prado, a sondear el subsuelo del convento, que es Bien de Interés Cultural.
El georradar, como ha explicado Avial, no es más que un «TAC nuclear de hospital pero móvil»: emite una ligera radiación que excita los compuestos morfológicos del subsuelo para dar con las cavidades en las que hay material osteológico. Es, en definitiva, «una radiografía algo más sofisticada de la estructura del subsuelo». Una vez concluido el procedimiento, tras unas semanas de análisis de lo encontrado y la elaboración de un plano tridimensional, el forense Echeverría será quien entre en acción.
Pero lo cierto es que, si finalmente se encontrasen los restos del escritor en pleno Madrid de los Austrias, el descubrimiento se convertiría en un auténtico reclamo turístico para la ciudad, tal y como es Stratford-Upon-Avon, auténtico lugar de peregrinaje para los amantes de la pluma de William Shakespeare, coetáneo de Cervantes y con quien comparte año de defunción, 1616.