Europa Press. Los contagios de covid-19 en la situación actual «son más probables en el ámbito familiar que en los colegios», según ha indicado el pediatra del Hospital Quirónsalud Córdoba Rafael González de Caldas, quien ha destacado que «la seguridad en las escuelas es alta», por lo que «hay que ser constantes en el uso de mascarillas, mantener la distancia de seguridad, realizar la higiene de manos y ventilar los recintos, favoreciendo la realización de actividades al aire libre».
Según ha indicado el Hospital Quirónsalud en una nota, el doctor ha explicado que, según los conocimientos adquiridos desde el inicio de la pandemia por covid-19 –que ha afectado a más de 40 millones de niños en todo el mundo–, parece que estos «no son una población especialmente vulnerable» a los efectos graves de la infección. Los casos de enfermedad pediátrica grave son infrecuentes y en la mayoría de los casos transcurren de forma leve o incluso asintomática.
Algunas recomendaciones
No obstante, la escuela puede ser un lugar de contagio y transmisión, por lo que es recomendable seguir una serie de indicaciones que faciliten la presencia en las clases. Es fundamental, según el pediatra, respetar el uso de mascarillas, que debe ir acompañado de una labor de educación por parte de familias y educadores, con el objetivo principal de obtener la cooperación, el aprendizaje y la concienciación de la necesidad de uso por los niños y adolescentes.
Así, se debe instaurar esta «cultura de la protección» en los niños ya desde los tres años, intentando que se acostumbren a llevar la mascarilla el mayor tiempo posible. Los mayores de seis años deben usarla en todo momento, dentro y fuera de las aulas. No es recomendable de forma general que los niños menores de dos años lleven mascarilla por las dificultades y riesgos que puede suponer como el de asfixia, pero en la vida diaria y con vigilancia familiar, los pequeños entre dos y seis años pueden llevar mascarilla siempre que los padres lo consideren y se responsabilicen de su buen uso.
El uso de la mascarilla es de gran importancia también si se va a contactar con personas no convivientes a menos de dos metros, en sitios cerrados, si el niño tiene alguna patología crónica, o está inmunodeprimido o recibiendo fármacos inmunosupresores, o si tiene que estar en contacto con personas con patología crónica no convivientes o mayores de 60 años.
En cuanto a la ventilación y limpieza en las aulas, González de Caldas ha señalado que la transmisión del virus en espacios interiores es entre 15 y 20 veces más eficiente que al aire libre, por lo que deben realizarse en el exterior todas las actividades que sea posible, en su totalidad o de manera parcial. La ventilación frecuente de las aulas, así como su limpieza y desinfección deberá realizarse todos los días, además de la desinfección frecuente de baños, lugares de uso común y superficies de contacto.
Buenos hábitos
El contagio por contacto cercano (menos de dos metros) con una persona portadora y por contacto con superficies donde está depositado el virus es uno de los mecanismos más comunes de transmisión del virus, por lo que es importante intentar mantener la distancia de dos metros, tanto en las aulas como en el patio. También debe fomentarse que el espacio entre pupitres o mesas y la disposición de los alumnos sean adecuados para garantizar la distancia recomendable.
González de Caldas ha insistido en que los niños deben adquirir el hábito de lavado de manos frecuente, que debe hacerse con agua y jabón o con geles hidroalcohólicos/antisépticos apropiados. Los guantes sin embargo no son recomendables, pues su uso continuo «puede favorecer la transmisión».
En el comedor deben extremarse las medidas de distanciamiento, ya que mientras comen los niños no pueden llevar la mascarilla puesta. Todas estas medidas que se han tomado en los centros educativos no servirán de nada, según el pediatra, «si no somos coherentes y responsables y las mantenemos en nuestro día a día».