Redacción. Las joyas son ornamentos muy personales; cada cual tiene “sus” joyas más apropiadas, en función de su estilo y fisonomía. Pero las joyas también tienen sus propios códigos, que son comunes para todas las personas, independientemente de sus diferencias. Conocer estos códigos es casi una ciencia y muestra una filosofía de la vida: qué pendientes, qué colgante, qué anillo o qué sortija lucir obliga a saber, y respetar, estas normas generales de protocolo y saber aplicarlas en cada circunstancia.
Todo lo que tienes que saber para comprar las joyas perfectas para un evento se compendia, precisamente, en estas normas generales de protocolo social, combinadas con las reglas de la practicidad. También hay que saber dónde comprar esas joyas; a qué lugar acudir que merezca tu confianza, para poder tener a tu alcance las mejores opciones. Éste es el caso de la joyería online de la firma de joyeros Alda, donde puedes encontrar joyas perfectas para todo tipo de eventos. Joyas de calidad que pueden personalizarse.
Pulseras para mujer
La pulsera es un ornamento típico femenino desde los tiempos más remotos de la Humanidad. Se han encontrado estas joyas en sepulturas prehistóricas, en numerosas momias del Antiguo Egipto y en restos arqueológicos de culturas en las que la mujer la llevaba como símbolo externo de su vínculo con un hombre, una señal externa de que estaba casada.
Estos usos y simbología han ido evolucionando con el paso de los tiempos y hoy son ornamentos de libre elección, tanto para mujeres como para hombres, de todas las edades y condición.
En la firma Alda Joyeros puedes encontrar pulseras de oro mujer de todos los estilos y adaptadas a los más diversos presupuestos. Pulseras de mujer, de oro de 18 kilates Primera Ley (750 milésimas), que enfatizan la personalidad de la mujer que las lleva y realzan su belleza. Su gran variedad de estilos hace posible que cada clienta se sienta cómoda e identificada consigo misma.
Pendientes, anillos… Joyas personalizadas en Alda
Las pulseras de oro para mujer son una joya para toda la vida, que se pueden lucir en cualquier época del año, aunque se llevan más en el verano (incluso en un verano tan atípico como éste), porque la mujer suele llevar camisetas y vestidos de manga corta o de tirantes, dejando sus brazos al aire.
Alda Joyeros también ofrece pendientes, anillos, pisacorbatas, gemelos y sellos para el hombre… Joyas de todo tipo, incluso para niños y niñas… Modelos clásicos y sofisticados; modernos y livianos; juveniles y para hombres y mujeres de edad más adulta… Siempre con diseños únicos y alta calidad, al estar fabricadas en oro de 18 kilates.
Tres reglas “de oro”
Al igual que las pulseras, existen otras joyas, que pueden ser “para toda la vida” si cumplen estas normas. Son tres simples reglas “de oro”.
Calidad. La palabra “calidad” es clave. Lleves las joyas que lleves, han de ser de calidad, pues incluso los menos entendidos saben distinguir entre una joya con calidad y una baratija que pretende aparentar lo que no es. Mucho cuidado con esto, ya que ponerse “cualquier cosa” (expresión muy común en personas despreocupadas, que no dan valor a las situaciones que viven) puede ser interpretada, incluso, como una falta de respeto hacia los demás. Sobre gustos no hay nada escrito. Pero sobre normas sociales y protocolo, sí.
Cantidad. Ojo con esto. El exceso de joyas para una sola oportunidad supone una ostentación excesiva y desproporcionada, independientemente del evento al que se vaya a asistir. Una persona, sea hombre o mujer, no va a tener mayor rango social por llevar un número exagerado de ornamentos (recuerda, por ejemplo, las imágenes paródicas de generales del ejército que aparecen en multitud de películas: uniformados y llenos de medallas, pero serviles al poder; con mando sobre tropas, pero sin autoridad).
Más bien al contrario, esta ostentación puede ser interpretada como una “falta de clase”, que se pretende suplir a través del lucimiento de los símbolos externos. Hay una expresión para este tipo de personas: “todo lo que le falta por dentro lo quiere llevar por fuera”. La proporción es lo más acertado y, con frecuencia, unas joyas bien elegidas lucen más que un montón de ellas que se eclipsen unas a otras.
Practicidad. Hay que ser prácticos. No es lo mismo ponerse una joya para ir al trabajo que para una ceremonia de boda, sobre todo si quien se casa eres tú. Por ejemplo, una mujer podrá llevar unos pendientes discretos y minimalistas al trabajo. Pero en una fiesta de noche (por ejemplo, en una entrega de premios o en la celebración de Nochevieja) parece que lo apropiado son unos pendientes que brillen y llamen la atención, porque la ocasión lo pide.