Europa Press. Agentes de la Policía Nacional han detenido a ocho intermediarios integrados en una organización dedicada al tráfico de personas con destino a distintos países del norte de Europa, en el marco de una nueva fase de una investigación contra una red que falsificaba documentos para favorecer la inmigración irregular de ciudadanos de Oriente Medio, principalmente de países como Irak, Siria o Afganistán.
Los arrestados captaban inmigrantes a los que la banda facilitaba visados falsos que estampaban en sus propios pasaportes con los que accedían al espacio Schengen. La organización se embolsaba unos 2.000 euros por cada documento, cantidad que podía verse incrementada si el «cliente» contrataba los servicios de un ‘pasador’ que le acompañara en los cruces de frontera.
Estos arrestos se suman a los de otras ocho personas en el marco de una primera fase de la investigación llevada a cabo por la Policía el pasado mes de marzo en Grecia, Bélgica y España. Los investigadores realizaron entonces cinco registros domiciliarios en Madrid, dos en Atenas y uno en Bruselas, en los que se intervino documentación que, tras ser minuciosamente analizada, les permitió comprobar la existencia de más personas implicadas en la actividad delictiva.
La operación se ha saldado con la detención de siete personas en Madrid y una más en Bilbao dedicadas a las labores de captación de clientes e intermediación entre éstos y el principal responsable de la organización, según ha informado la Policía en un comunicado.
En total son ya dieciséis los miembros detenidos, aunque la operación continúa abierta y la Policía no descarta realizar alguna detención más para la completa desarticulación de la organización. La organización criminal estaba estructurada en torno a un líder y toda un red de intermediarios, procedentes de Siria e Irak, unidos entre sí por vínculos familiares o de amistad
Captaban a sus clientes entre nacionales de distintos países de Oriente Medio, principalmente de Irak, Siria o Afganistán, interesados en emigrar con destino a Europa y les proporcionaban visados falsos que, tras ser estampados en sus propios pasaportes, les permitían acceder al espacio Schengen sin dificultad.
Uso de empresas y ‘mulas’. Intermediarios de la organización recogían los pasaportes originales de los inmigrantes y los remitían a través de empresas de mensajería o paquetería postal a Grecia, donde otros miembros estampaban los visados falsos que ellos mismos confeccionaban, haciéndoselos llegar a sus propietarios también por medio de empresas de mensajería o utilizando correos humanos o «mulas».
Los inmigrantes abonaban en torno a los 2.000 euros por cada documento, debiendo realizar los pagos por los servicios prestados a través de empresas de envío de dinero o ‘money transfer’, aunque también en ocasiones la organización habría utilizado correos humanos con el fin de eludir su posible vinculación con dichas transacciones.
El beneficio obtenido por la red por cada documento falsificado podía verse incrementado en caso de que los clientes solicitaran, además, los servicios de algún pasador de la organización, que se encargaba de acompañarlos en los distintos cruces fronterizos para que no tuvieran ningún tipo de problema durante el viaje.