Redacción. La era digital constituye el pasado, presente y futuro de la sociedad. De hecho, su influencia puede apreciarse en casi todos los sectores. Su facilidad reside en que nos permite hacerlo todo desde cualquier lugar. Sin embargo, existen algunas cuestiones que no se encuentran del todo aclaradas, especialmente en el ámbito financiero.
A pesar de todos los interrogantes existentes, es indudable admitir que las nuevas plataformas online han permitido agilizar cualquier tipo de gestión. Además, también ha dado lugar a la creación de nuevos servicios de financiación, como es el caso de los créditos rápidos online, que ofrecen la posibilidad de conseguir dinero extra en muy poco tiempo. Por ello, es comprensible que surjan preguntas que necesitan respuesta. Una de éstas es la fiabilidad que tienen.
Años atrás, para llevar a cabo cualquier gestión financiera era preciso acudir a la oficina con el objetivo de contar la situación al empleado y pedir consejo. Actualmente, esa comunicación personal directa no existe, ya que el intermediario es una máquina, lo que puede provocar cierto rechazo por parte del cliente a la hora de buscar información o asesoramiento personal.
No obstante, algunas compañías o empresas que conceden créditos rápidos por internet son más fiables porque cuentan con políticas de privacidad estrictas y, además, son miembros de asociaciones que evitan cualquier tipo de ilegalidad.
El aumento de los créditos rápidos ha sido más que significativo en los últimos años. Tanto es así que, hoy día, se posicionan como una tendencia ascendente. Su atracción hacia el público reside en ciertas ventajas y características que certifican su éxito. La mayoría de los demandantes son aquellos usuarios que necesitan una pequeña cantidad de dinero para cubrir necesidades concretas en un plazo de tiempo muy breve.
Entre éstas, sobresale la rapidez. Gracias a este factor, la respuesta puede obtenerse en un máximo de 48 horas. Al margen, otras características propias de los créditos rápidos es que prescinden de la realización de todo tipo de papeleo y exigencias marcadas por los préstamos tradicionales, que requieren acreditar la solvencia suficiente para devolver el dinero que conseguido en las condiciones pactadas (éstas incluyen contar con una nómina, pensión o un ingreso regular, presentar un aval, personal o inmueble). En este sentido, son muchas las personas que no pueden cumplir con estas condiciones por diversas cuestiones. Sólo demandan la presentación de un documento acreditativo de la identidad, facilitar un número de contacto, o correo electrónico, y un número de cuenta correspondiente a alguna entidad bancaria española. Es aquí, precisamente, donde entran en juego las entidades de créditos rápidos, cuya única exigencia viene dada cuando se trata de créditos que implican miles de euros.
Otras de las ventajas con las que cuentan este tipo de créditos son: que se gestionan de forma online, se conceden incluso estando en una lista de morosos (RAI o ASNEF), y no exigen comisiones e intereses en situaciones puntuales.
Por último, es conveniente aclarar que estos créditos se dividen en dos tipos: los microcréditos online, gracias a los que se puede obtener un máximo de 1.500 euros a devolver en un mes, y los créditos rápidos online, en los que se pueden conseguir hasta 10.000 euros en un periodo entre 24 y 48 horas a devolver en un tiempo que oscila entre 6 meses y 5 años.