EBN. Daniel García Pérez-Juana es un hombre de mirada limpia, sus reflexiones no dejan indiferente a quien quiera cavilar y mejorar, son un tortazo sin mano que espabila y a la vez te hace sentir querido. ¿Quién en este mundo de egoísmos se para a enseñarte algo?, sobre todo si no cobra por ello… Siente verdadera vocación por lo que hace, cosa que contagia y motiva. Es alguien a quien quieres imitar en su determinación, en su voluntad y seguridad y, sobre todo, en su equilibrio.
Daniel es un gran profesional, aunque él, con la humildad que lo caracteriza, no se vanagloria de ello. Es el líder de la Asociación de Tao Yin de Madrid, aunque él no lo sabe, siempre deja ese rol a su socio Ángel, a quien aprecia y admira.
Para quienes lo desconozcan, el Tao Yin son una serie de ejercicios de respiración practicados por los taoístas para cultivar chi, es decir, la energía interna del cuerpo de acuerdo con la medicina tradicional china.
La Asociación de Dani y Ángel, que se encuentra en la calle Duque Fernán Núñez 2, 3ª planta puerta 3 de Madrid, es un centro sencillo, sin pretensiones, en el que se respira autenticidad en lo que hacen, y eso se inocula.
Nada más entrar te recibe Mónica, que con su voz pausada y dulce te cambia el ritmo acelerado que traes. Te ofrece agua o infusiones, te invitan a prepararte para la clase. Mónica también es monitora de Tao Yin.
Todos, monitoras y monitores, comunican esa naturalidad y confianza y enseguida te hacen sentir cómodo. Conozcamos un poco mejor el centro y a Dani:
– Háblanos un poco de ti…
– Soy de Madrid. Desde muy joven me enfoqué en el deporte, pero no pude acceder a estudiar Educación Física porque me hice un esguince una semana antes del examen. Entonces la vida me encarriló para estudiar Enfermería. Con el paso de los años complementé mis estudios con terapias manuales, Fisioterapia, un Máster de Neurocontrol Motor, y ahora estoy haciendo la tesis doctoral sobre el dolor cervical y propiocepción.
– ¿Por qué quisiste ser fisioterapeuta?
– Me encanta trabajar con las manos, me encanta generar en la persona una sensación de bienestar, de sentirse menos doloridos, más aliviados, con otra postura corporal mejor, y también con unos horizontes personales de cambio, aceptación, de toma de conciencia de mejora de la respiración, de bajar el ritmo. Todo esto es para mí la Fisioterapia Integrativa.
– ¿Cuándo y por qué empezaste a interesarte por la medicina china?
– La cultura Oriental ha estado presente en mí desde que empecé a hacer Artes Marciales. Me inicié con el Kung Fu, Chi Kung y el Tai Chi, y poco a poco me fui metiendo en la acupuntura y medicina tradicional china, de la que he aprendido un poquito y aplico y combino en la consulta porque me acerca a otros estados terapéuticos a los que no se puede acceder, o yo no puedo acceder, si no es con la acupuntura y con la medicina china.
Para mí la medicina tradicional china y la acupuntura aportan algo esencial, que es un encuentro con el equilibrio personal y corporal. Por poner, es un estado mental que costaría mucho acceder a él de una forma indirecta a través de la meditación y, sin embargo, con la acupuntura es más fácil, más sencillo y la gente, al tener ya un referente interno de esa sensación de relajación o de equilibrio, sí que puede acceder a ella, puede buscarla.
– Háblanos de cómo aprendiste medicina china, de tus maestros y viajes al Tíbet.
– Mi curiosidad empezó un poco también con las películas de Brucee Lee, al ver que hacían unos tratamientos manuales en Karate Kid… todas esas cosas cuando yo era pequeño me llamaban mucho la atención, así que en cuanto tuve oportunidad empecé a hacer Artes Marciales, a interesarme por la medicina oriental y por el mundo oriental. La meditación, que en Oriente está muy metido como aquí rezar a lo mejor, es muy cultural, aunque ellos no lo llevan, no lo tienen como ese tinte religioso, sino que es una especie de higiene mental, como una higiene personal.
Seguí buscando, fui a Tailandia a conocer a un maestro internacional y estuve allí entrenando todo un verano. Luego he estado en China, estudiando varios veranos en las montañas sagradas de Buda y he estado viajando por el Tíbet varias veces. Para mí es un mundo inacabable y apasionante porque me llama muchísimo la atención y a mí me aporta algo que no he sabido encontrar aquí, en Occidente.
– ¿Qué te aporta la medicina china a nivel personal y profesional?
– A mí la medicina tradicional china, para empezar, como paciente me aportó un estado de serenidad espectacular, ya desde la primera sesión, porque yo era una persona desde niño bien acelerado, bien activo y el haber sido capaz de canalizar eso gracias a la acupuntura y la meditación y las técnicas Chi Kung, Tao Yin y Tai Chi y Artes Marciales, me ha dado la vida, en el sentido de que soy capaz de gestionar mucho mejor mi energía y con más eficacia. Una cosa es ir por la vida como un pollo sin cabeza, corriendo a todas partes y otra cosa es tener todo ese remanente de energía bien canalizado para conseguir tus propios objetivos personales y de vida, y eso a mí me parece fantástico. Y que llegue una persona a consulta descentrada, con dolores, con tensiones y que le provoques esa curiosidad para que empiece a encontrar su propio camino personal de búsqueda interior, de saber renunciar a lo accesorio, de saber estar centrado y pensar un poco en ellos mismos desde la salud y desde ahí hacia la vida, me parece fantástico.
– ¿Por qué decidiste montar tu propio negocio?
– A mí me llegó un momento en el que necesité cambiar, dejar el Sistema Sanitario Español porque sentía que llegaba tarde a los pacientes. Cuando ya los veíamos en el hospital, me daba la sensación de que la enfermedad se llevaba gestando mucho tiempo y que llegan en fase aguada. Muchas veces las personas siguen “tirando”, sigue haciendo su vida hasta que ya no puede más. Entonces, a mí me gustaba eso de poder llegar antes, de que la persona no tuviera que llegar a esos extremos de enfermar para aprender la lección, para hacer un cambio de rumbo en su vida. Entonces llegó un momento en el que tomé la iniciativa y fundé con mi socio, Ángel García, la Sociedad Española de Tao Yin, donde hacemos terapias manuales, Fisioterapia, Chi kung, y donde a la gente le rascamos un poquito en esa curiosidad para que traten de encontrarse a sí mismos más tranquilos y más serenos.
– ¿En qué se perciben los beneficios de integrar Fisioterapia y técnicas ancestrales?
– Los beneficios de combinar la Fisioterapia manual con las técnicas orientales de acupuntura son amplios, porque a la persona se la puede ver más en global, se puede hacer un tratamiento más integrativo. Yo soy miembro de la Sociedad Española de Salud y Medicina Integrativa y es uno de los rumbos que tenemos en esta Sociedad, ver a la persona en global. Ver a la persona no como una suma de órganos, de dolencias. Ver una patología, si es diabético, si luego tiene un problema vascular o un problema cardíaco, ver todo separado, a mí no me encaja. Yo prefiero verlo de una forma más global.