‘El hijo de Saúl’, un milagro necesario

Fotograma de 'El hijo de Saúl'.
Fotograma de ‘El hijo de Saúl’.

Carlos Fernández / @karlos686. “Esta es mi opinión hoy y en este momento de mi vida”. László Nemes es un director húngaro que ha arrasado, literalmente, en los grandes acontecimientos cinematográficos del 2015 entre los que se incluyen el premio del jurado en Cannes y el Globo de Oro a la mejor película extranjera, así como partir como favorito al Oscar. Esto es más que merecido pues estamos ante una película de una magnitud enorme; un cine puro, sobresaliente, rompedor y enigmático.

La película El hijo de Saúl rompe con la lacrimógena y barata intención de hacer llorar y tocar el corazón del espectador con las películas de temática referente al genocidio nazi. Los nazis son malos de opereta en el cine, basta ver cualquier película de la Segunda Guerra Mundial donde la empatía del espectador es el principal objetivo, mientras que ningún cineasta ha tratado de empatizar con el horror de la tragedia de Auswitch (tratarlo realmente en serio), como es el caso de esta película, que es el desafío histórico que supone realmente.

Es muy fácil hacer taquilla con una peli de nazis: el público llora y se cuenta, una vez más, lo que no debería haberse contado (alguien bueno, nazis malos; una barata forma de entretener que no hace más que subrayar la maldad de los más malvados, lo cual ya sabemos). Este genocidio es muy popular en el cine, pese a haber muchos más en el mundo y en la historia, y siempre se trata de darle al espectador una visión cruel y morbosa de lo que ocurrió allí (lo cual ha dado muchos premios y prestigio a muchos cineastas).

Pero, de pronto, en 2015, se estrena en Cannes una película llamada El hijo de Saúl y rompe esquemas. Sí, tal cual, los rompe. El hijo de Saúl es un milagro necesario que, seguro, llevamos años esperando. Una película que representa el horror en un segundo plano, desenfocado, sin mostrar sino sugiriendo, sin música, sin edulcorantes, siendo prácticamente inaccesible al espectador. Una película de visionado obligatorio para aquellos que de verdad les gusta el cine y poco recomendable para espíritus delicados.

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