James Horner, el hombre que impuso su sello personal a la música de cine

James Horner, compositor.
James Horner, compositor.
James Horner, compositor.

Carlos Fernández / @karlos686. “Tumbado en el hospital de veteranos empecé a soñar que volaba… era libre”. Esta es la frase con la que comienza Avatar, de James Cameron y me pareció la más apropiada para intentar representar el mundo que era capaz de crear el recién fallecido compositor de cine James Horner. Su música engrandecía la cámara del director, la interpretación del actor, los sentimientos del guión… en definitiva, todo lo que es capaz de hacer la música en el cine, crear mundos, atmósferas y ambientes. Eso es la teoría pero ¿qué ocurre cuando alguien va más allá?

Este artículo, humildemente personal y con mucho cariño, pretende ser una despedida muy especial de alguien, que con seis años veía En busca del valle encantado y Fievel y el nuevo mundo (dos grandes películas de animación producidas por Steven Spielberg con música de Horner) como muchos de mi generación y amaban su lírica música, que incluso hoy día me hace rememorar más que cualquier olor o lugar la sensación de cercanía con la niñez. De alguien que veía que Titanic era y es la película que es, gracias a una de las músicas más inspiradores, originales y románticas que se han hecho para cine, además de contener una de las mejores canciones de la historia (ganadora del Oscar): My heart will go on.

Las bandas sonoros de algunas de las películas más exitosas del cine eran suyas.
Las bandas sonoros de algunas de las películas más exitosas del cine eran suyas.

Compuso la música de Braveheart, una música audaz, valiente, llena de lirismo, romance y gloria como pocos compositores han logrado transmitir en sus películas, como John Williams o el también fallecido Jerry Goldsmith. También fue responsable de muchas de las emociones que despertaba Leyendas de pasión o la magnífica El hombre bicentenario, película que destaca con el gran track: “The machine age” con el que se puede escuchar en tres minutos toda la fuerza, vitalidad y ganas de transmitir (y lo más importante, poseer un don para ello) que tenía Horner.

Más tarde siguió sorprendiendo con Una mente maravillosa cuyo track “A Kaleidoscope of mathematics”, que suena en los créditos, nos introduce en la mente brillante y en la vida del genio John Nash, esta vez en un minuto y medio, uno de los más poderosos que ha compuesto Horner. La música de Avatar, para muchos un reciclaje de Titanic y Una mente maravillosa (en parte estoy de acuerdo), nos metió en Pandora e hizo que muchos detractores de la película (mi yo más joven lo era) consiguiera entrar en ese mundo y saliera del cine queriendo únicamente escuchar “Become one of the people”.

Horner recicló mucha de su música en sus últimas películas y se decía de él que perdió la originalidad, especialmente por un “parabará” conocido que se repite en muchas de sus películas (localizados en Alien, el regreso, Titanic, Enemigo a las puertas, Apocalypto, Avatar, El nuevo mundo…). Podemos considerarlo un reciclaje o un sello personal. Yo voto por el sello personal del artista. Lo mejor que se puede decir de un artista es que haya llegado a formar parte de la vida de los demás con su obra, por lo que os invito a escuchar una de estas bandas sonoras en un día tan señalado como hoy. Gracias por adornar, mejorar, embellecer y crear un mundo mejor para las películas y para nosotros en nuestra vida diaria.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *