Ana Amador. Si hay una expresión que defina esencialmente a Teresa Perales es espíritu de superación. A pesar de sufrir a los 19 años una neuropatía, que provocó la pérdida de la movilidad de sus piernas, supo enfrentarse a su discapacidad y, tras un periodo de aprendizaje, se lanzó a la alta competición.
Tras 16 años en el mundo del deporte de élite, la nadadora maña de 38 años ha conseguido 22 medallas en Juegos Paralímpicos, el mismo número que el deportista norteamericano Michael Phelps. Además, recientemente, ha logrado la Gran Cruz de la Real Orden del Mérito Deportivo.
Este último premio, que ha recibido de manos de Su Majestad el Rey Don Juan Carlos, no sólo supone el broche a su impecable trayectoria profesional, sino que la convierte en la primera mujer y deportista paralímpica en recibir tal reconocimiento.
– Teresa, ¿cómo fueron tus comienzos en la natación?, ¿alguien te propuso intentarlo?
– La verdad es no me lo propuso nadie. Después de sufrir mi enfermedad y sentarme en la silla de ruedas, fui en verano de vacaciones con mi familia y, al verles bañarse en la piscina, no quise quedarme sentada en el borde a mirar. Me compré un chaleco salvavidas y me lancé al agua, ese fue mi comienzo. Al regresar a Zaragoza me apunté a un club, con un programa de natación adaptada, para aprender a nadar. Finalmente, Ramiro Duce, que fue mi entrenador hasta el año 2000, me dijo que yo tenía algo dentro y si entrenaba bien tendría posibilidades de llegar a ganar medallas. Bueno… no se equivocaba.
–Durante tu proceso de aprendizaje, ¿en qué momento te diste cuenta de que eras realmente buena para este deporte?
– A medida que fui superando obstáculos me comenzó a entrar el gusanillo, pero el momento definitivo fue cuando logré medallas en mi primer campeonato de España. Me gustó mucho la sensación de ganar y quise volver a repetir la experiencia. A partir de ahí me planteé que, si continuaba con esas marcas, mi claro objetivo sería ir a por el Mundial de Nueva Zelanda.
– ¿Qué consideras que ha sido más beneficioso para ti, la técnica o el espíritu de sacrificio?
– Creo que mi mente ha sido quien ha sabido sacar partido a mi cuerpo. Yo no tengo una complexión de nadadora estándar, pero lo supero con la forma en la que me enfrento a las competiciones, porque realmente las disfruto mucho. Aunque, he de reconocer que, a pesar de todos mis años en la natación de alto rendimiento, aún sigo intentando mejorar la técnica.
– ¿De dónde sacas tu fuerza de voluntad característica para lograr tantos éxitos?
– Considero que soy muy “hormiguita” e intento ponerme objetivos poco a poco y me siento muy bien cuando lo hago, de ahí saco la fuerza. Creo que es más bonito vivir así y tener motivación todos los días. Además, tengo mucho amor propio y me gusta hacer las cosas muy bien.
– ¿Crees que tu modelo de trabajo se puede exportar a otras personas discapacitadas?
– Desde hace tiempo hay muy buenos entrenadores especializados en personas discapacitadas, así que considero que esa barrera ya la hemos superado con creces, aunque todo se puede mejorar. En mi caso, mi entrenador, aunque nunca había trabajado con una persona discapacitada, supo acomodarse y sacar todo lo mejor de mí. Así que, si hay alguien en quien confío plenamente es en él.
– ¿Cuál de tus 22 medallas paralímpicas ha sido la más especial?
– Realmente hay dos muy especiales. La medalla de los 50 metros libre, que conseguí en las Paralimpiadas de Londres 2012, fue la primera que le pude regalar a mi hijo. Pero creo la más especial fue la última que logré en ese campeonato (los 100 libres). Yo estaba muy cansada y físicamente ya no podía más, así que ha sido la medalla que más he ganado con la cabeza y con la que todo adquiere sentido, tanto deportiva como personalmente.
– Eres la primera mujer y también la primera deportista paralímpica en recibir la Gran Cruz de la Real Orden del Mérito Deportivo, ¿cómo viviste esa condecoración y de quién te acordaste en ese momento tan importante?
– Recordé mis primeros inicios y pensé en lo orgulloso que hubiera estado mi padre si hubiera podido verme. Además, me acordé de todas las personas que me ayudaron desinteresadamente a lo largo del camino, aunque sólo fuera con un gesto de cariño y motivación. Para mi es un orgullo tremendo ser la primera deportista paralímpica en recibir este premio.
– Te quedaste a las puertas de conseguir el Premio Príncipe de Asturias de los Deportes.
– Sí, me quedé a un voto. Sin embargo, la experiencia de ser finalista fue fantástica y una gran sorpresa. Yo creía que ese premio era para otros y que yo no era merecedora de algo así, por eso me hizo muchísima ilusión. Sin embargo, como el año anterior recibí el Premio Averroes en Córdoba, hubo quien dijo que ese galardón era un talismán para ganar el Príncipe de Asturias, porque otros condecorados posteriormente lo habían recibido. Por eso creí que podría conseguirlo. A pesar no haber sido así, estoy muy orgullosa de lo todo lo que he logrado. Además, aún puedo ganar si una entidad propone mi candidatura.
– Tienes el mismo número de medallas en olimpiadas que el nadador Michael Phelps.
– Él ha dicho que vuelve a la competición. Menos mal que yo no he dicho que me retiraba, porque de lo contrarío parecería que le voy siguiendo los talones. En principio continuaré hasta los Juegos Paralímpicos de Río de Janeiro en 2016, pero después cuelgo el bañador. Aunque siempre dejo la puerta abierta.
– ¿Y después?
– Me gusta la vía del coaching profesional, es algo que me apasiona. Ese será mi después, porque quiero seguir involucrada con el deporte ya que es algo que me ha dado mucho en la vida.
– Desde tu perspectiva, ¿qué consejo darías a otras personas que viven situaciones similares a la tuya para que no se rindan?
– Lo importante es quitarnos los tapujos, no acomodarnos en el protagonismo de nuestros dramas. Eso no te ayuda a crecer, tan sólo a dejar pasar la vida. Yo quiero, cuando me haga mayor, poder decir: ¡fíjate todas las cosas que hice! Porque la discapacidad viene conmigo, pero no determina quién soy.
Seguro que en los Juegos Paralímpicos de Río de Janeiro en 2016 cosecharás grandes triunfos. Muchas gracias por la entrevista Teresa.
1 comentario en «Teresa Perales: “La discapacidad vive conmigo, pero no determina quién soy”»
Me ha gustado mucho este reportaje. No conocía la trayectoria d esta mujer y me ha emocionado mucho el coraje que ha tenido para superar su adversidad.
Muchas gracias.