Carlos Fernández / @karlos686. La amistad no tiene precio salvo si no hay amistad. El bien y el mal son relativos, así como lo que es normal y lo que no, y en Felices 140, sorpresa demasiado grande para aquellos que conocemos el cine de su directora, Gracia Querejeta, personas normales y “buenas” sacan los dientes ante la oportunidad de desplumar a una íntima amiga o familiar que ha ganado 140 millones de euros en el Euromillón. El cine de Gracia Querejeta ya había hablado de las relaciones familiares y ya había tenido otras dos veces más a Maribel Verdú como protagonista. Quizá la diferencia esencial sea el terreno que pisa la directora, una comedia negra dramática que mantiene la atención todo el tiempo y que, acorde a las necesidades de un guión tan trabajado como éste, sabe que frenar la tensión es impensable. Es por eso que la directora pone toda la carne en el asador y sale más que victoriosa.
La composición de los planos, en los que vemos a muchos personajes colocados de una forma muy marcada (tanto que puede recordar a una obra de teatro), y la dirección de actores hacen de la película una experiencia narrativa e interpretativa bastante interesante con ecos de Mama cumple 100 años de Carlos Saura, Agosto de John Wells o Un dios salvaje de Roman Polanski. La película no tiene mucha voz propia y puede que la sensación de haber visto algo así antes esté presente durante el visionado. Pese a todo, creo que quien no se lo pase bien, o no debata consigo mismo, durante la proyección de Felices 140 es porque no quiere. El mensaje moral tan transparente que pretende dar la película no resulta nuevo y eso hace que el espectador se refugie en la historia y, sinceramente, eso no le siente mal a la película, ya que el espectador no va al cine a que le regañen.
La estructura de la historia de Felices 140 es divertida y trágica a la vez. El guión, escrito por Querejeta y Antonio Mercero (La cabina), posee todo lo que un guión brillante debería tener, entre otras cosas, una gran sorpresa en la trama que se encaja bastante bien y que rompe la película en dos partes muy marcadas. Las interpretaciones, destacando en especial a Maribel Verdú y Marian Álvarez, son todas magníficas y es uno de los grandes alicientes de la película: ver actores de la talla de Antonio de la Torre, Nora Navas o Eduard Fernández dando una lección de la ambición del ser humano. Puede que la primera película de Gracia Querejeta que me tomo en serio y muy gratamente sorprendido y agradecido por la lección de narrativa audiovisual que es Felices 140 que, pese a sus imperfecciones, es absolutamente brillante.