Redacción. Se le nota cómodo, alegre, libre. Rafael Nadal se siente como en casa jugando en el BNP Paribas Open y el domingo, 15 de marzo, lo demostró en su regreso al cemento desde el Abierto de Australia. El español dio cátedra ante el holandés Igor Sijsling, tras imponerse por 6-4, 6-2 en una hora y 12 minutos de juego.
El número tres del ATP Emirates Rankings llegó a 42 victorias en Indian Wells, donde ha disputado 49 partidos desde 2004. Es evidente que la pista californiana le sienta bien y por eso ha ganado los títulos de 2007, 2009 y 2013. En su debut de esta edición, maravilló a los espectadores con sus tiros ganadores en momentos álgidos.
Sijsling abrió la cancha y lo presionó desde la red en 13 ocasiones, pero el español lo pasó en varias oportunidades a la carrera como en sus tiempos mejores. En menos de 40 minutos, Nadal se llevó el primer set luego de quebrar en el primer juego del partido y de ganar 18 de 20 puntos con su servicio. Golpe de autoridad.
En el segundo apeló a la misma fórmula: quiebre en el primer juego y aumento progresivo de confianza desde el fondo para llegar a 12 tiros ganadores. Además, casi nunca perdió un punto después de haber conectado su primer saque (96% de efectividad) y tuvo apenas un punto para quiebre en contra que llegó en el último juego del encuentro.
Lo resolvió rápidamente y después definió el partido para celebrar con un público que lo ha acogido, con una tribuna con la que encuentra siempre reciprocidad. En su debut, Nadal les ha brindado a los espectadores un 100% de efectividad cada vez que subió a la red, siete puntos ganadores con su derecha y cuatro con su revés. Ninguna de las dos partes se puede quejar.
En la siguiente ronda enfrentará al estadounidense Donald Young, que viene de superar en dos sets al francés Jeremy Chardy. Nadal ya lo derrotó en 2008 por 6-1, 6-3 justamente en este mismo torneo.