Redacción. La profesora de Arqueología y Epigrafía de la Universidad Autónoma de Madrid Alicia Mª Canto acaba de publicar un estudio en el que revela la autoría de la fachada de la Universidad de Salamanca, obra cumbre del arte plateresco español construida entre 1510 y 1531.
Canto, correspondiente por Madrid de la Real Academia de la Historia, explica en su trabajo cómo a fines de 2011 encontró, durante sus investigaciones en la edificación, una firma de autor claramente escrita pero escondida durante 500 años sobre el gran escudo central de la fachada.
Este hallazgo, según la lectura de la inscripción que realiza la profesora, evidencia que el maestro de la obra fue Juan de Talavera, “un arquitecto y escultor de primera fila, aunque no muy conocido, perteneciente a la famosa escuela toledana”.
Como parte de su investigación, Canto presenta un recorrido por la vida profesional de Talavera, señalando algunos vínculos familiares (con los famosos artistas extranjeros Juan Guas y Egas Cueman) que le habrían permitido una óptima formación y el privilegio de trabajar para los Reyes Católicos.
Además, recoge los notables parecidos que se encuentran entre la fachada de Salamanca y otras obras regias y eclesiásticas de Segovia, Toledo, Sigüenza, Olmedo y Medina del Campo, en las que trabajó Talavera, y en especial la que dirigió hacia 1525 en la portada de la Colegiata de Santa María de Calatayud (Zaragoza).
Juana ‘la Loca’, la mecenas. Tras estudiar detenidamente el medallón central derecho de la portada, Alicia Canto aporta pruebas materiales que sustentan que la imagen representada en él no es una diosa pagana o una emperatriz romana, ni tampoco Isabel de Portugal (esposa de Carlos V), que son las opiniones más tradicionales.
La profesora asegura que se trata de una representación de la reina Juana I de Castilla, idealizada al modo clásico y afrontada al busto de su hijo Carlos.
“De acuerdo con textos de época muy poco conocidos, y a los que hay que dar plena fe, la propia Universidad de Salamanca creía hacia 1666 que la fachada, llamada en su época la Portada Rica, había sido un regalo de la desgraciada reina Juana I de Trastámara, mal llamada la Loca”, sostiene la profesora.
La autora ofrecerá en pocos meses la segunda parte de su estudio, en la que presentará otra veintena de inscripciones detectadas en la portada, la mayoría no vistas hasta ahora, así como su interpretación sobre el sentido general del programa iconográfico.