Redacción. Un equipo del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) ha participado en una investigación internacional que ha descubierto un mecanismo novedoso que permite reforzar la masa ósea para controlar las células consideradas ‘comedoras’ de huesos que dan lugar a la osteoporosis.
La osteoporosis es una patología que afecta a todos los huesos del esqueleto y está provocada por una disminución de la resistencia ósea. Como consecuencia de ello, los huesos se vuelven más propensos a fracturarse de manera espontánea o después de un traumatismo mínimo.
Aunque la enfermedad se ha considerado siempre más propia de mujeres postmenopáusicas, es una patología que afecta también a varones ya que está asociada con un aumento en la diferenciación y activación de las células que degradan el hueso, los osteoclastos, lo que provoca un aumento patológico de la tasa de reabsorción ósea.
En este trabajo, en el que también han participado investigadores belgas y franceses, se ha demostrado que la diferenciación y activación de los osteoclastos es un proceso controlado por el receptor X de retinoides (RXR), una proteína que se encuentra en el interior de las células y que detecta la presencia de lípidos y derivados de la vitamina A, lo que provoca la inducción de la expresión de genes específicos.
Como consecuencia, el RXR controla los procesos del desarrollo, inmunidad, homeostasis y metabolismo. Y los investigadores del CNIC han demostrado que en células progenitoras de osteoclastos, el RXR controla la expresión del MAFB, una molécula clave en el proceso de generación de osteoclastos.
Mediante el uso de ratones modificados genéticamente, estos científicos han demostrado que la pérdida de función de RXR en células progenitoras de osteoclastos da lugar al desarrollo de osteoclastos gigantes que, inesperadamente, pierden la capacidad de reabsorber el hueso.
Como consecuencia, los ratones macho desarrollan huesos más densos en condiciones fisiológicas normales y los ratones hembra están protegidos de la disminución de masa ósea asociada a la pérdida de estrógenos, como ocurre frecuentemente en mujeres postmenopáusicas.
Los autores reconocen que un aspecto interesante del hallazgo es la demostración de que la activación selectiva de RXR mediada por bexaroteno, un fármaco de uso actual para el tratamiento de linfomas cutáneos, da lugar a un bloqueo total de la diferenciación de osteoclastos.
De hecho, admiten que la posibilidad de modular la actividad de RXR y por tanto la formación de osteoclastos mediante el uso de fármacos podría tener implicaciones terapéuticas para el tratamiento de enfermedades asociadas con la pérdida de masa ósea.