Mari Paz Díaz. La investigación es una de las principales razones de ser de una universidad. Una cuestión que no pasa desapercibida para la Universidad de Huelva, que tiene en sus estudiantes de posgrado y de doctorado una de las principales fuentes de conocimiento y desarrollo.
Un buen ejemplo de ello lo encontramos en una de las últimas tesis presentadas en la Onubense bajo el título de ‘Aislamiento, caracterización y manipulación genética de microalgas marinas para la producción de compuestos de alto valor añadido’. Un estudio cuya principal aportación ha sido la posibilidad de aislar una nueva especie de microalga autóctona de la zona de las Marismas de río Odiel (Huelva), caracterizada por su potencial biotecnológico en la producción de compuestos de interés comercial, como antioxidantes y biodiesel.
La responsable de esta tesis, que fue calificada con Sobresaliente Cum Laude, la Mención Internacional y fue propuesta para el Premio Extraordinario a Mejor Tesis Doctoral, es Marta de la Vega Naranjo, que presentó este trabajo el pasado mes de julio de 2014.
Nacida hace 30 años en Écija (Sevilla), reside en San Juan del Puerto (Huelva) desde hace seis años. De la Vega comenzó en 2002 la carrera de Biología en la Universidad de Sevilla y, en 2006, decidió cambiarse al Segundo Ciclo de Bioquímica, estudios en los que se licenció en 2008. A partir de aquí, la joven se trasladó a Huelva para estudiar un Máster Oficial en el Departamento de Ingeniería Química de la Onubense.
Fue así como después comenzó su tesis doctoral bajo la dirección de la Dra. Rosa León Bañares en el Área de Bioquímica y Biología Molecular del Departamento de Química y Ciencia de los Materiales. “Durante estos cinco años de investigación, he conseguido cinco publicaciones científicas en revistas internacionales, una patente y he asistido a numerosos congresos tanto nacionales como internacionales. Además tuve la oportunidad en 2012 de realizar una estancia de investigación en Londres en la University College London, bajo la dirección del Dr. Saul Purton, donde aprendí nuevas técnicas de manipulación genética de microalgas”, nos comenta esta investigadora.
En la actualidad, Marta se encuentra trabajando como Investigadora Colaboradora Honoraria del Departamento de Química para continuar este trabajo de investigación, mientras consigue alguna beca postdoctoral o empleo en una empresa. No en vano, en el último periodo de su tesis estuvo realizando el Máster en Profesorado ESO, Bachillerato, FP y Enseñanza de Idiomas del que fue Alumna Colaboradora.
Una colaboración con la Universidad de Huelva que mantiene dada la importancia de su estudio, con el que ha conseguido aislar esta nueva microalga. Un logro llamativo por sí mismo, al que, además, habría que añadir los enormes beneficios que tiene esta especie del río Odiel, caracterizada por un perfil de antioxidantes muy bueno para su uso en biomedicina, así como de ácidos grasos para la producción de biodiesel.
Según explica la nueva Doctora, “he conseguido aumentar el contenido en aceite de la microalga hasta diez veces mediante diferentes metodologías de cultivo, al tiempo que he puesto a punto la manipulación genética de varias especies diferentes de microalgas marinas. Finalmente, he podido sobreexpresar un gen de la ruta de síntesis de triacilglicéridos para aumentar la producción de aceites en microalgas”.
Por tanto, se trata de un tema de plena actualidad y en auge, teniendo en cuenta el gran impacto que están teniendo las microalgas en la sociedad, tanto para la producción de compuestos de interés en farmacia, biomedicina o química verde, así como para la descontaminación de suelos y aguas residuales, entre otras utilidades. En segundo lugar, según apunta la autora de la tesis, con la problemática que existe por el agotamiento de los recursos petrolíferos, se buscan alternativas sostenibles para la obtención de nuevas fuentes de combustibles como puede ser aceite para la producción de biodiesel de tercera generación.
Todo ello fue valorado de forma muy positiva por su tribunal de tesis, que estuvo compuesto por el Dr. José María Vega Piqueres, Catedrático del Departamento de Bioquímica Vegetal y Biología Molecular de la Universidad de Sevilla, la Dra. Sara Raposo, profesora del Centro de Investigação Marinha e Ambiental (CIMA) de la Universidad de Algarve (Portugal), y por el Dr. Javier Vigara Fernández, Catedrático de la Escuela Universitaria del Departamento de Química y Ciencia de los Materiales de la Universidad de Huelva. Un tribunal que destacó especialmente la versatilidad del trabajo, el gran número de técnicas utilizadas, tanto de fisiología de microalgas como de biología molecular e ingeniería genética, el uso de los propios recursos naturales que nos aportan los ecosistemas de Huelva, la visión a escala industrial del trabajo y la presentación realizada.
Al respecto, la joven asegura que “cuando uno llega al final de un proceso tan largo como es el de obtener el Título de Doctor, lo primero que siente es orgullo, orgullo por el trabajo realizado desde que empiezas a estudiar en la escuela Primaria, orgullo por el esfuerzo que han tenido que hacer tanto tus padres como tus hermanos o tu pareja, y orgullo por haber llegado hasta aquí acompañada de tanta gente maravillosa. Ese es el gran premio que uno siente cuando consigue terminar. En el campo de lo profesional, de momento, es pronto para saber que va a suponer. Solo llevo unos meses con el título en mi mano y ando en búsqueda de un empleo que me permita poder asentar mi vida familiar y compaginarla con lo que más me gusta en el mundo, que es la investigación”.
Por el momento, esta joven sevillana ya ha publicado uno de los capítulos que componían su tesis, al tiempo que prepara otro artículo. Porque su objetivo es dar continuidad al trabajo realizado y, por supuesto, seguir con su carrera investigadora “para lo cual estoy en búsqueda y solicitando diferentes becas postdoctorales, tanto nacionales como internacionales. Además, intento moverme también en el mundo de la empresa privada. Todo ello quisiera compaginarlo con la enseñanza, ya sea de Secundaria como a nivel universitario”.
Con todo, sus últimas palabras se dirigen a los jóvenes, a los que anima a hacer aquello que les guste, “que no estudien una carrera porque es lo que se le pide la sociedad, que estudien o no lo que quieran, y que luchen por conseguir los objetivos que se planteen en la vida. Lo más bonito es llegar a conseguir lo que uno quiere y no arrepentirse de no haber hecho lo que querían porque otras personas les impusieron un camino”. Por el momento, Marta ha conseguido con su trabajo abrir nuevas posibilidades de gran utilidad para esta microalga onubense desconocida hasta ahora.