Redacción. La periodista y escritora Rosa Montero ha realizado una donación de parte de su archivo personal a la Biblioteca Nacional de España (BNE). Entre las piezas entregadas, se encuentran ocho agendas con anotaciones manuscritas para varias de sus novelas, como Te trataré como una reina (1983), Bella y oscura (1993), Instrucciones para salvar el mundo (2008), La hija del caníbal (1997), y otros elementos, como notas de novelas que nunca llegó a escribir, notas de una entrevista a Amos Oz, alrededor de 170 cartas relacionadas con su profesión y varios borradores de su novela La loca de la casa (2002).
Asimismo, entre la documentación donada también se encuentra una libreta manuscrita con notas para Instrucciones para salvar el mundo (2008), recortes de prensa sobre hechos, críticas y acontecimientos, un borrador mecanografiado con correcciones manuscritas y la invitación de la presentación de la obra, así como toda la documentación (libreto, partituras, demos de música, cartas…) de la ópera titulada Cambio madre por moto (2014), que la escritora realizó por encargo para el Teatro Real de Madrid, con música del compositor belga Frank Nuyts, y que, finalmente, no se llegó a estrenar.
Para la directora de la BNE, Ana Santos Santos Aramburo, que “Rosa Montero deposite aquí su legado como escritora es motivo de alegría y agradecimiento, puesto que dona a la BNE una parte de su vida. Nos sentimos muy honrados, ya que es una de las grandes escritoras contemporáneas de nuestro país, de larga y fecunda trayectoria. A través de su mirada, inteligente e intuitiva, es capaz de interpretar la vida de manera certera y la transforma en historias que nos cuentan otras vidas que nos llenan de esperanza. Aquí permanecerá la documentación generada en el proceso creativo junto a todas las ediciones de su obra, lo que constituye un fondo único y de extraordinaria riqueza para cualquier estudio que se quiera hacer sobre esta escritora imprescindible”.
Montero es una entusiasta de las bibliotecas y, sobre todo, una veterana usuaria de la BNE, por eso tuvo muy claro desde siempre dónde quería que se guardara esta interesante “parcela” de su carrera profesional y de su vida.
Indica que decidió ceder sus “papeles” a esta institución porque “me encantan las bibliotecas, creo que son esenciales en la cultura de un país, hacen una labor maravillosa y, ahora mismo, además, están pasando por un momento muy malo de recortes y falta de presupuestos. Dentro de las bibliotecas, la Nacional es obviamente una joya, un pedazo muy vivo de nuestra historia, y también de mi pequeña historia personal. Me recuerdo consultando libros en su maravillosa sala, tanto cuando era estudiante como, después, para algunos de mis trabajos periodísticos».
Esta donación se une a las de otras personalidades que ya han cedido a la BNE sus archivos, como Antonio Muñoz Molina, Joan Margarit, José Luis de Delás, Manuel Ruiz de Amezcua o Joan Guillén. La institución dispone de una aplicación informática creada expresamente para procesar este tipo de archivos, con una minuciosa descripción de todos y cada uno de los documentos que los componen.