Europa Press. La Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de a Junta de Andalucía ha suscrito con propietarios de fincas y sociedades de cazadores un total de 135 convenios para la conservación del lince ibérico, en el marco del proyecto europeo Life Iberlince, según ha anunciado en el Parlamento andaluz la consejera María Jesús Serrano. A ello hay que sumar 168 que se encuentran en tramitación, por lo que se prevé la formalización de al menos 303 acuerdos.
Según Serrano, la mayor parte de las acciones contempladas en estos conciertos están relacionadas con la mejora de las poblaciones de conejo silvestre, presa básica y principal en la dieta del lince ibérico. Estas actuaciones permitirán por tanto mejorar el hábitat de alimentación de esta especie, contribuyendo así a eliminar uno de los dos problemas o amenazas más importantes a los que se enfrenta y que no es otra que la escasez de alimentos. En definitiva, se pretende ir reduciendo esos inconvenientes «para que el lince deje cuanto antes de encabezar la lista de los felinos en peligro crítico de extinción».
Durante su intervención, la titular de Medio Ambiente ha destacado que su departamento trabaja desde hace años en diversos frentes para conseguir la recuperación de esta especie amenazada, siendo uno de ellos la mejora de la gestión de los hábitat del monte mediterráneo, «acción que sin lugar a dudas favorecerá su reproducción y expansión». Un ejemplo de ello es la colaboración que mantiene con los propietarios de fincas y sociedades de cazadores para implicarlos en la preservación de este felino. No en vano, con el anterior proyecto Life se llegaron a suscribir para este fin un total de 140 convenios.
Esta iniciativa se desarrolla en el marco de proyecto de conservación del lince ibérico que coordina y lidera la Junta de Andalucía, Life Iberlince, y que contempla una serie de medidas para asegurar la pervivencia en Andalucía de esta especie, con la participación activa de las administraciones, empresas, asociaciones y organizaciones no gubernamentales, que harán posible el éxito de la reintroducción del lince en la Península Ibérica.