Europa Press. Un grupo de investigadores ha puesto a punto un nuevo método para la obtención de extractos de piel de naranja con «aplicaciones prometedoras para la industria», sobre todo, para la conservación de los alimentos frescos o procesados que resulten de los procesos de producción.
Este equipo de científicos ha trabajado en optimizar el proceso que permite, ahora, realizar el procedimiento de secado y extracción manteniendo inalterados los elevados niveles de compuestos fenólicos presentes en la piel, compuestos que son los que verdaderamente ejercen una «importante función antimicrobiana y antioxidante».
Así lo ha explicado uno de los investigadores del Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de Extremadura (Cicytex) y autor de este trabajo, Jonathan Delgado, quien ha explicado que el proceso desarrollado ha permitido comprobar, además, que a unos niveles «óptimos», este compuesto posee una actividad bactericida de relevancia contra dos patógenos concretos, como son el Escherichia coli y Listeria, causantes de graves infecciones alimentarias.
Para terminar de demostrar la viabilidad de las averiguaciones, los extractos de cáscara del cítrico se utilizaron in vivo, como aditivo natural, en el zumo de manzana, según explica la Escuela de Ingenierías Agrarias de la Universidad de Extremadura.
«Con ello pudimos reafirmar que añadiendo el extracto obtenido de piel de naranja a un producto que rápidamente se oxida y se oscurece, se reduce significativamente tanto el pardeamiento del jugo como la carga de bacteriana», ha matizado la profesora de la UEx y autora también de estos trabajos, Concepción Ayuso.
Según apunta, el «creciente interés» de la industria por desechar conservantes sintéticos y químicos por otros extraídos directamente de las plantas y productos vegetales, «convierte este hallazgo en una aportación muy significativa para el sector«.
Como coinciden en afirmar los promotores de estos estudios, con este nuevo producto no sólo se ofrece al mercado una alternativa inocua para la salud sino también una nueva fórmula para optimizar los recursos existentes.
Por un lado, según destacan los investigadores, supone una alternativa menos nociva para la salud y, por otro, una opción más rentable por cuanto permite aprovechar esos recursos que antes eran desechados y que incluso para deshacerse de ellos era necesario pagar a otras empresas para retirarlo».
Cabe destacar que en el estudio han participado el Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de Extremadura (Cicytex), la Escuela de Ingenierías Agrarias de la Universidad de Extremadura (UEx) y el Departamento de Ciencias Analíticas de la Universidad Nacional a Distancia (UNED).