EBN. El Rey Juan Carlos ha inaugurado este sábado, 15 de noviembre, el monumento en homenaje al teniente general de la Armada Española Blas de Lezo y Olavarrieta que la ciudad de Madrid ha dedicado al gran marino en la Plaza de Colón de Madrid.
La alcaldesa de Madrid, Ana Botella y el Almirante Jefe de Estado Mayor de la Armada, el general Jaime Muñoz-Delgado, también han estado presentes en el acto, que ha contado con una amplia asistencia de público.
En la realización de este monumento han participado el Ayuntamiento de Madrid, la Armada Española, las Reales Academias de la Historia y de Bellas Artes, la Casa de América y el Instituto de Estudios Madrileños.
Blas de Lezo pasó a la historia por los sobrenombres de ‘El medio hombre’ y ‘Patapalo’ al quedarse tuerto, manco y cojo. Este personaje fue uno de los más aguerridos soldados del siglo XVIII, aunque su nombre es poco conocido en España.
Nació en el año 1687, hijo de una familia de marineros vasco-franceses. Por tradición familiar ingresó en el ejército, con el objetivo de hacer carrera como capitán de navío. Cuando apenas contaba 14 años, murió el rey Carlos II, conocido como “El hechizado”, provocando una guerra con motivo de quien sería su sucesor.
Especialmente conocido por la batalla de Cartagena de Indias (1741), entre las armadas española e inglesa. Esta batalla fue decisiva para el desenlace final de la Guerra de la Oreja de Jenkins (1739–1748), uno de los conflictos armados entre España y Gran Bretaña ocurridos durante el siglo XVIII.
Esta nueva Armada Invencible de 195 navíos era mayor que la de Felipe II, y la segunda más grande de todos los tiempos, después de la armada aliada que desembarcó en Normandía en la II Guerra Mundial . El ejército inglés, comandado por el almirante Edward Vernon, trató de invadir Cartagena de Indias con 32.000 soldados y 3.000 piezas de artillería. Cartagena estaba defendida por 3.600 soldados y seis navíos españoles.
Inglaterra estaba tan segura de su victoria que el rey inglés mandó acuñar monedas celebrando su triunfo, en las que se leía «La arrogancia española humillada por el almirante Vernon y los héroes británicos tomaron Cartagena, abril 1, 1741». En ellas aparecía Blas de Lezo representado de rodillas, entregando su espada al almirante Vernon, eso sí, un Lezo muy completito con todas sus piernas, brazos y posiblemente ojos.
La victoria fue de las fuerzas españolas, al mando del teniente general de la Armada Blas de Lezo. Por desgracia, la azarosa vida de Blas de Lezo terminó bruscamente ese mismo año de 1741, en la misma ciudad de Cartagena de Indias, donde había logrado su éxito más sonado.