Bolsa de valores

Sol.
Sol.
La política española está cambiando.

Vicente Vera Esteve. A medida que van transcurriendo los meses y se acercan las elecciones, primero las municipales y autonómicas, después las generales, apreciamos con desasosiego que se van acumulando los cadáveres políticos. Estoy plenamente convencido de que esta legislatura no la vamos a olvidar en mucho tiempo. La profunda y larga crisis, yo no la ceñiría solamente a aspectos económicos y financieros, sostengo que estamos asistiendo también a una crisis de valores, una devaluación de la ética en su más amplio sentido. Para entender mejor esta reflexión sería bueno que nos leyéramos con fruición el nuevo libro de Adela Cortina, catedrática de Ética en la Universidad de Valencia y que acaba de recibir el Premio Nacional de Ensayo 2014 por  ¿Para qué sirve la ética?

Partimos de la base de que para cualquier análisis económico que queramos hacer debemos contar con un buen pilar fundamental: la ética en las decisiones económicas y empresariales. La mayoría de las cosas que nos están pasando obedecen a la carencia de ese valor tan importante y necesario para construir un país culto, honesto y respetuoso con todas las personas de las que nos rodeamos todos los días. Y entrando ya en materia, tengo claro que la corrupción es un problema de todos. Es obvio que unos pocos son los que cometen los reprobables delitos de malversar fondos, evadir capitales, fraude fiscal, marrullerías contables y financieras, y un largo etcétera, pero el problema está en el escaso o nulo compromiso ético de todos los ciudadanos con la política del país, desde los ayuntamientos, gobiernos autónomos, poder central, sindicatos, patronales,etc. No podemos dejar toda la responsabilidad a unos pocos, no podemos implicarnos en política únicamente cada cuatro años, votamos y a casa.

También tengo claro que desde ahora mismo, las cosas van a cambiar. Nos va mucho en ello, estamos hartos de padecer la impunidad de los malhechores. Todos debemos hacer un esfuerzo para atar en corto a nuestros líderes, en primer lugar exigir que las listas estén integradas por personas de reconocido prestigio moral e intelectual. Es necesario que cumplan unos mínimos de formación académica, si han trabajo en la empresa privada mejor. Han de conocer el mecanismo de las nóminas mensuales, administrarse correctamente los recursos y los gastos. En una palabra, han de conocer lo que significa tener un trabajo en una empresa pequeña, grande o mediana, cumplir horarios y asumir un hipotético despido.

Es ahora cuando nos damos cuenta del fracaso moral y ético producido en la clase política. Después de 30 años de democracia, al final hemos comprendido con tristeza y desidia que todo ha sido una mentira. Y nos está pasando en el peor momento económico de nuestra historia reciente, un paro irreductible, un crédito bancario que no fluye a las ya maltrechas empresas que luchan con denuedo por ser más competitivas, etc. Ya no nos gustan los políticos de casta, ya no los queremos ni ver. No debemos adoptar ese pensamiento a la ligera, todavía hay gente muy válida. Ahora mismo está en plena euforia política el toricantano Pablo Iglesias, al menos ha servido para agitar las conciencias de todos nosotros y salir de la fase durmiente en la que nos encontrábamos. Pero cuidado, antes de tomar decisiones debemos conocer muy bien el programa político y económico que todavía se encuentra en fase de elaboración. Las decisiones económicas que se han de tomar como país no son baladíes, no estamos solos, pertenecemos a una comunidad europea, estamos integrados en la eurozona. No es bueno que asustemos al capital extranjero y nacional, los inversores son tremendamente sensibles y si temen por sus garantías jurídicas, pronto y rápido desmantelarán sus instalaciones y sus carteras de inversión.

Vamos a ir conociendo mejor todas las opciones políticas que se encontrarán en la parrilla de salida en los próximos meses de 2015 y 2016. Estudiemos en profundidad los programas y a sus representantes. Lo que sí tengo muy claro es el riesgo que corremos si aupamos precipitadamente, antes de tiempo, a determinadas fuerzas políticas que todavía están por vertebrarse. El contenido no ha de alejarse demasiado de los cánones ortodoxos y consensuados con la Unión Europea. Ya he dicho que no estamos aislados del mundo, vivimos integrados en una comunidad internacional, nos visitan anualmente millones de personas para pasar sus vacaciones, saben lo que hacemos y deshacemos en el interior. De modo que tengamos cuidado, seamos prudentes, observemos cómo andan de ética todas las propuestas que van apareciendo en el ruedo político. Ya sabemos lo que les pasa a los pueblos que deciden erróneamente ir por libre, aislarse del mundo globalizado y encumbrar desesperadamente al primer salvapatrias que les permita lamentarse en su hombro. Creo con toda convicción que este gran país ya tiene un excelente currículum político, incluso hemos sido ejemplo y modelo de estudio en las universidades de varias naciones sobre el pacífico paso de una dictadura a una democracia. Como habrá tiempo para reflexionar estos temas tan candentes, solo les recomiendo que inviertan en sosiego e inteligencia.

 También puedes seguir a Vicente Vera en www.quemarropa.net

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