La saga continúa: ‘[REC 4]: Apocalipsis’

Fotograma de 'Rec 4'.
Fotograma de 'Rec 4'.
Fotograma de ‘Rec 4’.

Carlos Fernández / @karlos686. Las comparaciones suelen resultar odiosas y en las secuelas (la saga lleva ya tres y esta película es la última) es muy difícil no acceder a lo anterior para poder juzgar el punto final de, ésta, una de las mejores sagas del terror contemporáneo, la saga [REC].

Si bien [REC 3]: Génesis se convertía en una de las mejores películas españolas de su año, [REC 4]: Apocalipsis es únicamente un digno ejercicio de género, estilo y evasión. En otras palabras, las tres anteriores son consideradas, personalmente, como tres joyitas del cine de este país (siendo las dos primeras la originalidad en estado puro) y esta película es la que resulta más floja de la saga, pero diciendo esto caigo en el peligro más fácil de pisar, el de no criticar una película y sí criticar una película en comparación o relación a otras películas y no, [REC 4]: Apocalipsis creo que debe y merece ser juzgada por ser ella misma, preguntándonos: ¿qué nos da esta cuarta parte que no nos hayan dado las tres anteriores?

Todo lo que veo me recuerda a lo que ya he visto antes en todas las [REC], y lo cierto es que aunque no sorprende ni tiene momentos dignos para el recuerdo, [REC 4]: Apocalipsis posee lo mejor del cine de evasión, comercial por supuesto, pero aun así efectiva. La película tarda entre 30 y 45 minutos en arrancar y eso es algo bastante digno de queja, sin embargo, consigue evolucionar hacia un espectáculo donde todo suena, pero espectáculo a fin de cuentas.

La película posee una dirección con un pulso narrativo firme, totalmente intencionado e inducido al espectador, pero el guión es bastante flojo, cosa de esperar, y es extraño proviniendo de Jaume Balagueró, aquel que dirigió la fantástica Mientras duermes pero siendo sincero siempre sentí a Paco Plaza (coguionista/ codirector de las dos primeras entregas junto a Balagueró) más cerca de la saga. A pesar de no ser épica, original o más divertida en comparación a sus predecesoras, resulta independientemente de ellas una película ágil, entretenida y que no desagrada en casi ningún aspecto técnico. Probablemente esta película sea la que gane un Goya por su gran diseño de sonido.

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