Redacción. Con una alineación idéntica a la de la ida en Jagodina salvo por la entrada de Gayá por Alberto Moreno en la izquierda y la presencia en ataque de Munir supliendo al sancionado Morata, España salió a beberse el partido como Cádiz el sol: rápidas transiciones de pelota, verticalidad, laterales largos y posesiones largas y eléctricas con destellos de magia como los de Isco que a punto estuvo de adelantar a los Sub-21 antes de los diez minutos de partido.
Serbia esperaba agazapada y entre tanto los de Celades lo intentaban de todas las maneras reglamentarias incluyendo la estrategia que concedía una clara ocasión a Sergi Gómezdesbaratada a bocajarro por Dmitrovic.
Había transcurrido media hora de partido y Kepa parecía un espectador más de los miles que poblaban las gradas del Carranza cuando en laprimera internada de los balcánicos por la banda izquierda, Savic ponía un balón raso en boca de gol que rebotaba en Gayá tras un despeje para convertirse en el primer tanto serbio.
La mala suerte había golpeado a la Selección como la mitología cuenta que hizo con el héroe griego. Hacían falta doce trabajos de precisión en menos de una hora de juego para sobreponerse al mazazo y los Sub-21 se pusieron con arrojo a la labor.
Dos oportunidades antes del descanso estuvieron cerca de nivelar el electrónica y en la reanudación Serbia se defendía con dureza, dejando fuera al capitán Muniain después de una dura entrada de Stojkovic.
Celades quemaba sus naves dando entrada a Sarabia, Óliver Torres y Sandro. El canario avisaba rematando al palo y su labor se notó en el ataque local que con un tanto de Sergi Roberto lograba nivelar la balanza a falta de un minuto.
Todo podía pasar en la ruleta rusa del descuento y el meta serbio sacaba una mano prodigiosa a Munir que pudo significar la victoria y clasificación justo antes de que Kostic sentenciase a la contra.
Así termina una y se cierra un capítulo en el periplo de la Sub-21 que seguro nos traerá nuevas hazañas heroicas en el futuro. Como Hércules y los héroes clásicos este equipo puede perder, pero nunca se rendirá.