Carlos Fernández / @karlos686. Con el motivo del estreno este mes de la película Relatos salvajes (17 de octubre en cines), sátira social sobre la violencia en situaciones rutinarias, es buen momento para rememorar ejemplos recientes dentro de las sátiras cinematográficas que más han conectado con crítica y público y qué tipo de sátira conecta más con el mismo.
Las películas satíricas abordan temas sociales o culturales desde el punto de vista de la ironía o el humor, no es siempre una parodia, suelen ser comedias negras que se ríen de lo que no se puede reír. Sin embargo lo más importante de una película satírica es la crítica en sí y el espectador medio, así como el crítico, suele responder ferozmente bien a este género cinematográfico. Series como Padre de familia o Los Simpsons serían los dos ejemplos más representativos en el panorama audiovisual contemporáneo a nivel mundial, el público necesita carcajadas pero carcajadas inteligentes y reconocibles, ahí entra la sanísima diversión de reírse de lo prohibido. Se puede pensar mucho en el mal gusto como fuente de inspiración de estas series o películas y es cierto que el mal gusto inspira pero ¿podría éste llegar a saber bien? El humor es algo intrínseco en nosotros, es una verdad universal que todos buscamos la risa. Los que afirman no reírse de un gag algo negro o de un humor satírico por ser de mal gusto tienen un serio problema de visión, el miedo a reírse de algo es el miedo más carcelero que existe. Dicho esto ¿por qué una película como Relatos salvajes ha conquistado el mejor estreno jamás cosechado en la historia de Argentina pese a la dureza de sus historias? O simplemente ¿por qué es Tarantino un fenómeno de masas? ¿Es la violencia en estas películas gratuita o esconde algo más?
La respuesta es no, quedarse con violencia gratuita en una película, por ejemplo, de Tarantino es como ver una pantalla tridimensional sin gafas, se ve borroso y no se entiende lo que ves. El lobo de Wall Street de Martin Scorsese, por ejemplo, está repleta de sexo, drogas y delitos en general ¿Está Scorsese haciendo propaganda de este tipo de actitud o está simplemente riéndose de una realidad que existe? Las personas más serias descuidan el poder que posee reírse de uno mismo, de nuestras carencias o de lo que sencillamente no nos gusta, es lo que se llama tomarse la vida con humor y el público conecta con estas historias a menudo. Luego se encuentra el público que no sabe ver cine y que lo que se saca de una sátira es una crítica, el destino de ésta ya depende de su autor.
El año pasado en el Festival de Venecia, la película Miss Violence de Alexandros Avranas, película en la que una niña de 11 años se lanza al vacío suicidándose en medio de su fiesta de cumpleaños con su familia presente, los cuales no tardan mucho en superar la muerte de la pequeña de manera misteriosa, es un ejemplo de sátira más mordaz e irónica, menos paródica y más crítica. Otros ejemplos del cine griego reciente, como es el caso de Yorgos Lanthimos, director de las perturbadoras y aclamadas Canino y Alps muestra ejemplos de comedia de humor masivamente negro en donde el espectador siente miedo a esbozar una risa ya que la crudeza de ciertas historias no está en sintonía o asociadas en nuestro cerebro con la risa, sino con el miedo a pesar de que la crítica social se encuentra en los tres ejemplos anteriores.
La ira, la rebelión interna, los miedos del autor se encuentran en cada fotograma de estas películas en los que parece que éste se esfuerza por empatizar con el público a la vez que en realizarse una terapia a sí mismo, radiografiar sus entrañas para darle al público la mejor arma de una sátira, un reflejo en la pantalla. ¿Quería Stanley Kubrick reírse de la violencia en La naranja mecánica? No seamos simples, el autor se ríe porque no tiene miedo de reírse, el autor muestra la realidad explícita a través de una comedia porque no tiene miedo, el autor muestra lo peor de sí mismo en una pantalla porque una vez más no tiene miedo. El buen autor satírico va un paso por delante de su público y le da ganas de ver más. La violencia y la venganza que tanto admiramos en pantalla forma parte de nuestras vidas y de nosotros, esto último asusta más pero en realidad no da miedo, ya que otra verdad absoluta es que todos poseemos luz y oscuridad, si no no responderíamos bien a este tipo de cine.
Las comedias satíricas de la burguesía de Buñuel como El ángel exterminador o la sanísima diversión de El verdugo de Berlanga nos dan a entender un aspecto, en opinión del autor, sucio de nuestra sociedad y la forma de lavarlo es a través de la risa. La violencia es el terreno donde la sátira cinematográfica más se acomoda para jugar y con ella sus autores, pues dicho esto riámonos todos de lo que no se puede uno reír.