Antonio Rosas: “Las poblaciones humanas de Eurasia tienen un 2% neandertal”

Antonio Rosas en El Sidrón.
Antonio Rosas, profesor de Investigación del CSIC, junto a un esqueleto de neandertal.
Antonio Rosas, profesor de Investigación del CSIC, junto a un esqueleto de neandertal.

Ana Amador. La Península Ibérica, debido a su cercanía a África, es un área eurasitática imprescidindible para entender parte de la evolución del hombre en el último millón y medio de años. Así lo refleja el conjunto de yacimientos de una riqueza sin igual que ha convertido a nuestro país en una zona clave para el estudio de nuestro pasado, como Atapuerca (Burgos) o El Sidrón (Asturias).

Uno de los grandes expertos a nivel mundial de este homínido desaparecido es Antonio Rosas, investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y director del Grupo de Paleoantropología del Museo Nacional de Ciencias Naturales. Entre sus numerosos trabajos, este destacado divulgador científico fue uno de los descubridores en 1997 del Homo antecessor en la Gran Dolina (Atapuerca), un hallazgo galardonado ese año con el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica. Además, gracias a los avances en la extracción de ADN mitocondrial, ha colaborado en el proyecto Genoma Neandertal, uno de grandes hitos científicos modernos.

Dr. Rosas, ¿qué papel e importancia tienen los neandertales en nuestra evolución?
Tienen una gran relevancia en la comprensión de nuestra evolución, pero hay que entender que no son nuestros antepasados ni nunca lo han sido. Neandertales y Homo sapiens somos especies hermanas que hemos evolucionado desde un antepasado común. Esta es una idea muy importante que normalmente no se tiene del todo clara.

Antonio Rosas en El Sidrón.
Antonio Rosas en El Sidrón (Asturias).

¿En qué yacimientos está trabajando actualmente?
Trabajo en El Sidrón y el yacimiento de La Boella en Tarragona. Este último es bastante más antiguo y recientemente acabamos de publicar un trabajo sobre el descubrimiento de las evidencias de las industrias achelenses más antiguas de esta parte del continente.

¿Qué información se está obteniendo en esas excavaciones sobre el modo de vida de los neandertales?
Desde El Sidrón estamos aportando un gran número de datos sobre su comportamiento y forma de vida. Hemos encontrado restos de 13 indivíduos de los que sabemos que eran diestros y tenían estructura cerebral asimétrica, lo cual significa una lateralización en las funciones vitales. El sarro de sus dientes indica que ingerían una dieta variada y vívían en ambientes cargados de humo. A través del estudio del ADN mitocondrial se ha visto también que practicaban la patrilocalidad, eso quiere decir que los individuos masculinos permanecían en el mismo territorio de sus familiares mientras que los femeninos cambiaban de grupo e iban a otros clanes. Estos estudios también han revelado que los neandertales del sur de Europa eran ligeramente distintos en su anatomía a los que vivían en el Este o el Norte del continente. Además, los análisis de dos neandertales, uno de El Sidrón y otro del yacimiento italiano de Monte Lessini, han revelado que eran del grupo sanguíneo 0 y con frecuencia tenían melanina rojiza en la piel y el pelo. Pero ese tipo de “pelirrojez” no era igual a la nuestra, ya que su base genética era diferente.

Presentación en el Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC) del Homo antecessor en 1997.
Presentación en el Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC) del Homo antecessor en 1997.

Usted participó en el descubrimiento del Homo antecessor en Atapuerca, ¿cómo vivió esa experiencia?
El Homo antecessor fue una nueva especie que encontramos en el nivel 6 de Gran Dolina. Este descubrimiento, que se publicó en la revista Science, fue sin duda uno de los grandes eventos en mi carrera profesional. La experiencia fue muy emocionante y en el fondo divertida. Suponía enfrentarse a algo nuevo, de una antigüedad de la que no se sabía nada, y cuando tenía entre las manos los fósiles me preguntaba cómo situarlo en el árbol de la vida. También viví momentos de dificultad, incertidumbre y algo de amargura durante la investigación hasta que dimos con una respuesta.

El grupo de trabajo de Atapuerca, en colaboración con los científicos del Instituto alemán Max Planck, ha recuperado ADN mitocondrial, ¿qué supone ese descubrimiento?
Fundamentalmente supone encontrar el ADN más antiguo hasta la fecha. Anteriormente, el proyecto Genoma Neandertal demostró que era posible extraer buenas cantidades de ADN fósil de los neandertales con una antigüedad entre los 40.000 y 100.000 años, pero este nuevo estudio ha podido extraer material genético de restos superiores a los 300.000 años. Lo cual supone ir traspasando fronteras en el conocimiento y en la capacidad técnica para recuperar información del pasado.

Equipo de Atapuerca, ganadores del Premio Principe de Asturias.
Equipo de Atapuerca, ganadores del Premio Principe de Asturias. / El País

También se ha hallado una relación entre ese yacimiento burgalés y Siberia.
Se ha descubierto que el ADN mitocondrial encontrado en la Sima de los Huesos tiene un parecido muy importante con un linaje humano que se ha descubierto exclusivamente en la cueva de Denísova (Siberia, Rusia). Probablemente ese parecido se debe a caracteres genéticos que vienen heredados de un antepasado antiguo común. Así que este hallazgo, por ahora, es un dato muy interesante y a la vez complicado de entender, porque tenemos muy poca información.

Eso abre la puerta a nuevos campos de estudio.
La ciencia desvela una pequeña pregunta y abre diez. Es un principio universal que cada vez que investigas, la capacidad de conocimiento es más pequeña que lo que nuestra cabeza pregunta. Así que siempre se abren nuevos campos y surgen nuevas preguntas.

"Excavación limpia" en El Sidrón (Asturias)
«Excavación limpia» en El Sidrón (Asturias).

¿En qué consistió el proyecto Genoma Neandertal?
Este proyecto hizo un catálogo de todo el ADN de los neandertales, algo que no conocíamos. Uno de los puntos principales de este proyecto era identificar desde el punto de vista genético lo que nos hace verdaderamente humanos a los Homo sapiens. Si comparamos la genética de las dos especies hermanas podemos aislar los cambios que nos definen a nosotros desde ese antepasado común.

¿Qué papel desarrolló su equipo en ese trabajo?
Nuestro equipo estaba en interacción directa con los responsables de los laboratorios y proporcionamos muestras muy ricas en ADN. Esas muestras se extrajeron del yacimiento con unas técnicas que evitan cualquier tipo de contaminación con nuestro propio ADN, es lo que nosotros llamamos “excavación limpia”.

Tras este estudio ¿cuánto podemos decir que tenemos de neandertal?
En efecto, el proyecto Genoma Neandertal ha revelado que tenemos genes neandertales. Se ha calculado que las poblaciones humanas de Eurasia tenemos en torno a un 2%, ya que las poblaciones subsaharianas no tienen genes neandertales.

¿En qué proyecto está trabajando con su equipo actualmente?
Nuestro grupo trabaja en varios frentes y problemas. No obstante, ahora mismo estamos muy concentrados en el estudio del esqueleto postcraneal para darle una interpretación más sólida y un porqué a las diferencias entre nuestro esqueleto y el de los neandertales. Queremos saber si esas diferencias se produjeron en el último millón de años o si vienen heredadas de antepasados mucho más antiguos. No esta aún claro si nuestro esqueleto postcraneal conserva una estructura primitiva para el genero Homo y si fueron los neandertales los que más evolucionaron en los cambios de su esqueleto.

Yacimiento de Pleistoceno Inferior de La Boella (Tarragona).
Yacimiento de Pleistoceno Inferior de La Boella (Tarragona).

La paleobilogía analiza la evolución pero, ¿se podría hacer una reflexión sobre los cambios morfológicos que experimentará el hombre?
Hemos comprobado que nuestro cerebro ha aumentado en volumen de una forma espectacular en el ultimo millón y medio de años. Es entonces posible que nuestro coeficiente de encefalización siga aumentado en un futuro y como consecuencia lleguemos a tener frentes cada vez más grandes. Por otro lado, terminaremos perdiendo la muela del juicio y nuestras mandíbulas tenderán a ser más reducidas. Simultáneamente, sabemos que los huesos se están desmineralizando, ya que desde la aparición de la agricultura en la revolución del Neolótico y después la revolución industrial cada vez usamos menos los músculos y su soporte óseo. Pero todo esto no deja de ser una breve reflexión dado que el futuro no está escrito.

Muchas gracias Dr. Rosas.

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