Una decena de alcaldes españoles firma por la protección del Ártico

Lucha por el Ártico.
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Lucha por el Ártico. / http://unmundoenpaz.blogspot.com.es

Redacción. La campaña ‘Declaración internacional por el futuro del Ártico‘, lanzada por Greenpeace para la protección de este ecosistema frente a las prospecciones petrolíferas y las actividades industriales, ha recabado ya las firmas de una decena de alcaldes españoles, según ha informado la organización.

Se trata de una iniciativa para pedir la declaración de un Santuario en aguas internacionales del alto Ártico que ya ha suscrito el edil de San Sebastián, Juan Carlos Izagirre, así como los de los municipios ibicencos de Ibiza, Santa Eulàlia, Sant Antoni de Portmany, Sant Joan de Labritja, los barceloneses de Vicenç dels Horts y Santa Perpètua de Mogoda y los navarros de Irurtzun, Arguedas y Atarrabia.

Greenpeace, que explica que la campaña ya cuenta con el apoyo de unas 800 personalidades a nivel mundial como el arzobispo Desmond Tutu, Rigoberta Menchú y otros cinco premios Nóbel de la Paz, ha instado al resto de alcaldes españoles a sumarse a la iniciativa a través del envío de un correo a actuaporelartico@greenpeace.es que será presentado en dos semanas ante las embajadas de los países árticos.

A juicio de la organización, la importancia de este «único» conjunto de ecosistemas «va más allá» de los cuatro millones de personas, la fauna y la flora que viven dentro de sus fronteras y por ello, su desaparición podría tener «dramáticas consecuencias» en todos los puntos de este planeta. En este sentido, denuncia los «intereses económicos» que existen detrás de la falta de avances en la protección del Ártico y pide a los países que lindan con él que «comprendan» que este espacio no constituye un «negociado exclusivo de petroleras y mercantes».

«Al iniciar una masiva conversación mundial en todos los niveles de la sociedad, podemos llegar hasta los despachos donde se toman las decisiones y que pueden hacer que el Santuario sea una realidad. El santuario se puede lograr de una manera muy sencilla: con voluntad política», concluye.

 

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