Cómo ser propietario de un caballo de carreras sin ser rico

Ana Amador. Más allá de las carreras de caballos y las apuestas deportivas se esconde un hobbie muy elitista, puesto que ser propietario de estos ejemplares conlleva un coste no apto para todos los bolsillos. De hecho, el gasto medio de los dueños de estos equinos es de aproximadamente 1.500 euros al mes (entrenamiento, preparador, alimentación, alquiler del box, veterinario, viajes o herrería), sin contar el precio de compra del caballo. Sin embargo, recientemente han surgido alternativas innovadoras en España que persiguen acercar este deporte a todos los aficionados.

En el Hipódromo de La Zarzuela (Madrid) varias cuadras, como Equipo 38, Factor Sorpresa o Asociación de la Concordia, han puesto en práctica iniciativas más económicas gracias a las cuales cualquiera puede disfrutar de las ventajas de poseer su propio pura sangre inglés en multipropiedad.

Manuel Rodríguez es uno de los socios fundadores de la Sociedad de Entrenamiento Equipo 38, un proyecto original constituido por un grupo de jóvenes emprendedores que se han propuesto demostrar que no todo está inventado en este sector en España. Su idea empresarial se basa en lo siguiente: en lugar de un solo entrenador, una sociedad prepara los caballos de carreras y obtiene el 10% del total de las ganancias de los premios ganados. “Este es un negocio que funciona en muchas partes del mundo”, argumenta Rodríguez.

Además, han introducido una adaptación de los syndicates o de cuadras multipropiedad, una tendencia que se ha extendido con gran éxito en países como Inglaterra o Estados Unidos. Según este entrenador equino, “en Inglaterra hay syndicates que tienen hasta 4.000 socios y se ha creado toda una industria entorno a ellos. Nuestra diferencia es que ponemos un precio fijo al mes y un número de socios por cada caballo”.

Mediante esta propuesta novedosa, el objetivo de Equipo 38 es popularizar una afición que hasta ahora solo podía permitirse en España un grupo exclusivo. La fórmula que han aplicado es dividir la propiedad del caballo en 20 partes y cada socio paga 100 euros al mes. Así que, “por ese precio puedes formar parte de un club de caballos de carreras”, afirma Rodríguez.

Al principio de su andadura empresarial, esta iniciativa alquilaba pura sangres que posteriormente compraba con el dinero obtenido en los premios de las carreras, “así lo hicimos con She Rules y Vanity Fair”, apunta este socio fundador. Pero, a diferencia de la práctica habitual en la que un único propietario obtiene el 80% del beneficio por los logros del animal, en el modelo multipropiedad los socios solo obtienen el 5%. Sin embargo, Rodríguez añade que en este caso puede más la pasión y “hay gente a la que le ha gustado esta idea porque tenían ganas de vivir el mundo de las carreras de caballos desde dentro”.

Además, este proyecto ha puesto en marcha otras propuestas diferentes en el campo del entrenamiento deportivo, como el uso de las nuevas tecnologías o las redes sociales para tener contacto directo con los propietarios. Rodríguez matiza que han incorporado pulsómetros traídos directamente de Estados Unidos o servicio diario de fisioterapeuta equino, una práctica veterinaria que se usa con frecuencia en otras partes del mundo pero que es novedosa en España.

En nuestro país la temporada se centra en torno a los hipódromos de Madrid, San Sebastián y Dos Hermanas (Sevilla). Junto a estos centros de entrenamiento, cada año se realizan carreras que atraen a miles de seguidores, como el evento la última semana de agosto en la playa de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz). Es por ello que, según este discípulo del destacado preparador donostiarra Guillermo Arizcorreta, es un trabajo apasionante porque “cada domingo estás expuesto a examen y nunca paras”.

Además de la emoción de la competición, para Manuel Rodríguez dedicarse a esta modalidad deportiva “es muy gratificante», ya que «tienes que intuir cómo están los caballos y si les tratas bien ellos son muy agradecidos”.