El cerezo (sakura) de Kenzo Takada tuvo flores

Suárez Japón junto al gestor de la Asociación Kenzo, Watanabe Minoru, el propio Kenzo Takada y el alcalde de Coria del Río, Modesto González.
Suárez Japón junto al gestor de la Asociación Kenzo, Watanabe Minoru, el propio Kenzo Takada y el alcalde de Coria del Río, Modesto González.
Suárez Japón junto al gestor de la Asociación Kenzo, Watanabe Minoru, el propio Kenzo Takada y el alcalde de Coria del Río, Modesto González.

Juan Manuel Suárez Japón. Se envolvía en una ampulosa bufanda gris, acorde con los brotes canosos que afloraban en su espesa cabellera. Su actitud discreta no evitaba en él la aureola que acompaña a las grandes figuras, atrayendo las miradas de todos. Era Kenzo Takada, el famoso diseñador japonés, que había venido hasta Coria del Río (Sevilla) para estar presente en el acto In Memoriam de los graves daños que el terremoto-tsunami causó en su tierra y a sus gentes el 11 de marzo de 2011. La misma orilla coriana que en octubre de 1614 viera llegar a los miembros de la Misión Keicho (la primera embajada japonesa a occidente que la Historia registra) acogía ahora, al cumplirse el tercer aniversario de aquellos sucesos, un acto de solidaridad con los damnificados y de apoyo a los esfuerzos que este admirable pueblo realiza para dejar atrás las terribles huellas de la tragedia. Y Kenzo Takada había viajado desde París para estar aquí, junto al embajador de su país en España, Satoru Sato, y una amplia presencia de ciudadanos de Coria del Río.

La cita era a las 06’30 am, es decir, a la misma hora (española) en que se inició el terremoto. Exactamente a la misma hora, en Sendai y en otras localidades próximas al lugar del drama, otros tantos ciudadanos japoneses se concentraban con el mismo fin. La tecnología de las videoconferencias obró el milagro de disolver las distancias y pudimos sentirnos juntos, viéndonos de manera próxima, entonando conjuntamente canciones y asumiendo liturgias convergentes en el común deseo de honrar a los muertos y apoyar en sus esfuerzos a los supervivientes. Hacía frío y poco a poco un redondo “sol naciente” se asomó sobre la otra orilla del Guadalquivir.

Nadie estuvo allí sin emocionarse. Nunca los japoneses y los habitantes de Coria del Río, de Sevilla, de Andalucía, nos hemos sentido más unidos. Nunca un acto así ensalzó de tal forma la amistad entre los pueblos y las culturas. Con las primeras luces del día caminamos hasta el pie de la estatua de Hasekura, el histórico embajador japonés, el lugar hasta donde el 14 de junio de 2013 había venido S.A.I Naruhito, y como él hizo arrojamos al Guadalquivir ramos de flores.

Tras el desastre, Kenzo Takada creó la Asociación “Okiagari Koboshi por Fukushima” a través de la cual reitera sus actos de ayuda a los ciudadanos del entorno de esta ciudad y de difusión a sus tareas de reconstrucción. Esa fue la razón de su presencia en Coria del Río, la sevillana localidad de los “Japones”, el apellido que prolonga aquella lejana aventura diplomática nipona. El día antes, Kenzo Takada se sumó al proyecto “Sakura” y, como ya han hecho otros visitantes japoneses, plantó un cerezo en el Parque Carlos de Mesa. Pocas semanas después, llegó la primavera y, como una estimulante señal del retorno de la vida, el cerezo de Kenzo Takada se enriqueció con su primera floración.

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