Ana Amador. Aunque el monte Everest (8.848 m.), situado en la cordillera del Himalaya (frontera entre Nepal y China), está considerado el pico más elevado del mundo, en realidad es un error común que se debe a la consideración “sobre el nivel del mar”. Por tanto, el gran honor de ser la montaña más alta le corresponde realmente al volcán inactivo Mauna Kea (Hawái, Estados Unidos), que mide desde su base bajo el mar 10.203 m.
Se estima que el número de montañas submarinas cuya altura supera los 1.000 m. es de aproximadamente 100.000, entre las cuales 800 están ubicadas en el océano Atlántico. La mayoría de estos accidentes geográficos son de origen volcánico y apenas unos centenares han sido investigados, así que el fondo marino sigue siendo un gran desconocido.
Las escarpadas pendientes de estos montes sumergidos obligan a las aguas profundas a ascender al chocar contra los desfiladeros, arrastrando a su paso gran cantidad de nutrientes que son fuente de alimento del plancton. Por tanto, estas formaciones constituyen un «oasis» en mitad de los desérticos océanos y alrededor sus laderas se reúnen numerosas especies de aves marinas, tortugas, tiburones o cetáceos.
España también cuenta con destacadas montañas y cañones submarinos que, según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF/ Adena), deberían ser incluidos en el Convenio sobre la Protección del Medio Marino en el Atlántico Nordeste (la red de OSPAR). Esta iniciativa, que entró en vigor en 1998, también complementa y actualiza la Convención de Oslo de 1972 sobre vertidos al mar y la Convención de París de 1974 sobre la contaminación marina de origen terrestre. Por tanto, te invitamos a conocer algunos de los puntos que WWF considera de gran importancia ecológica:
1. Los cañones de Cabo de Creus y Palamós (Cataluña). La longitud total de ambos enclaves es de unos 40 km. y la profundidad máxima alcanza los 1.400 m. en el caso del cañón del Cabo de Creus y 2.200 m. el Palamós. Estos accidentes geográficos han sido estudiados por el proyecto europeo ‘Hermes’ y el nacional ‘Deep coral’.
En octubre de 2005 se realizó la primera campaña de prospección biológica del cañón del Cabo de Creus, lo que facilitó información topográfica de gran precisión. Concretamente, es el primer lugar en el que se han encontrado ejemplares vivos de coral Lephelia pertusa en el Mediterráneo septentrional. Así que, debido a su gran riqueza, en 2001 fue declarado Zona Especialmente Protegida de Importancia para el Mediterráneo.
2. El monte de Emile Baudot (Baleares). Esta montaña submarina, que parte de un acantilado de 180 m. hasta llegar a una profundidad de 2.700 m., debe su nombre a su descubridor. Desde 1995 hasta 2000, dos buques – el Cornide de Saavedra, del Instituto Oceanográfico, y Hespérides, dirigido por el Ministerio de Defensa, utilizaron una ecosonda multihaz para obtener toda la información necesaria para elaborar un mapa cartográfico.
Este enclave, de aproximadamente 1,4 millones de años de antigüedad, está localizado en un mapa volcánico inactivo de 500 km. cuadrados con 118 pitones volcánicos, que son unos conos surgidos del subsuelo hasta sobresalir del fondo del mar.
3. El Macizo de Chella o Seco de los Olivos (Andalucía). Situado frente a la costa de Almería, es una montaña submarina de origen volcánico cuya cima se encuentra a 80 m. de profundidad. Se trata de un conjunto de elevaciones que albergan una biodiversidad muy rica, incluyendo corales de profundidad, cetáceos, tiburones y numerosos peces.
La organización internacional Oceana es responsable de documentar esta zona como socio del proyecto LIFE+INDEMARES de la Unión Europea, con el fin de que se convierta en un área marina protegida dentro de la Red Natura 2000. En el marco de este proyecto, obtuvieron imágenes nunca vistas con un robot submarino (ROV) y estos vídeos alcanzaron más de 600 metros de profundidad. Oceana documentó esta montaña submarina por primera vez en 2006 y al año siguiente halló en estas aguas la primera esponja carnívora vista en España. Todos los datos reunidos hasta ahora demuestran que este enclave del Mar de Alborán es un área de importancia ecológica dentro del Mediterráneo que debe ser protegida.
4. La cordillera de Alborán (Andalucía). Su origen es volcánico y está situada en el centro del mar de Alborán, en una zona de transición entre dos áreas de características oceanográficas radicalmente distintas. En este punto montañoso submarino se ubican los secos de Djibouti y de Torrox, que se alzan desde una base de 1.000-1.200 m. de profundidad.
Asimismo, constituye uno de los espacios más destacados para cetáceos en Europa, ya que se han avistado 17 especies diferentes, entre ellas el delfín mular, común y listado, calderones negros y grises, cachalotes y rorcuales, además de la abundante presencia de tortugas bobas.
5. El Banco de Galicia (Galicia). Es un gran monte submarino con pendientes de 5.000 m. de profundidad, localizado aproximadamente a 200 km. al oeste de la costa. La zona menos profunda tiene una extensión de unos 6.250 km. cuadrados y un canal de unos 2.500 m. de profundidad, aunque su extensión total es difícil de calcular debido a su forma irregular.
Una de las especies más relevantes presentes es el coral de profundidad Lophelia pertusa y se ha logrado recabar información sobre la fauna que habita en esta zona, aunque aún queda mucho por descubrir. Entre los ejemplares más destacados se encuentran 11 especies de tiburones, incluido el tiburón carocho y la raya noriega, que ha sido propuesta como especie amenazada por el convenio OSPAR para el Atlántico Noreste.
En noviembre de 2002 esta zona se vio seriamente afectada por el hundimiento del Prestige a 3.000 m. de profundidad. Para evitar incidentes similares esta montaña, que supone un gran tesoro de la biodiversidad, formará parte junto al golfo de León y el Canal de Menorca de la Red Natura 2000 de la Unión Europea.
6. El Cañón de Avilés (Asturias). Este gigantesco cañón submarino que alcanza una profundad de 4.750 m. constituye uno de los ecosistemas más extraordinarios de la plataforma del Cantábrico. En esta zona se encuentran hábitats esenciales para la reproducción de especies de gran interés comercial, como la merluza y el rape.
Asimismo, el litoral asturiano concentra la mayor biodiversidad de cetáceos del Cantábrico, como los delfines común, listado y mular y el calderón común, cuyas principales poblaciones residen en las profundidades del cañón, donde comparte hábitat con el emblemático calamar gigante.
7. El Banco Le Danois o caladero Cachucho (Asturias). Este enclave, situado en las costas del Cantábrico y cuya base alcanza los 4.500 m. de profundidad, debe su nombre a Edouard Le Danois. Este investigador francés exploró la zona entre 1934 y 1939 a bordo del buque oceanográfico Président Théodore Tissier y dio a conocer a la comunidad científica su descubrimiento.
Dada su gran importancia pesquera, el Grupo de Investigación Ecosistemas del Margen Continental (Ecomarg), con la participación del Instituto Español de Oceanografía, realizó un detallado estudio sobre esta montaña submarina. Asimismo, en 2011 fue nombrada primera reserva de España exclusivamente marina.