Micasso Baby Club destaca el impacto de las clases musicales en la primera infancia

En la primera infancia, el cerebro de un niño se desarrolla a un ritmo sorprendente. Numerosos estudios confirman que la música es una herramienta poderosa para potenciar este crecimiento, estimulando áreas relacionadas con el lenguaje, la memoria y la motricidad. En Madrid, esta idea toma forma a través de Micasso Baby Club, un espacio donde bebés y niños pequeños descubren el mundo a través de la música

Un viaje sensorial desde la cuna

Los primeros años de vida son cruciales para el desarrollo neurológico. Según un estudio publicado en la revista Frontiers in Psychology, la exposición a la música desde una edad temprana mejora la memoria, la atención y las habilidades sociales de los niños. En este contexto, surgen iniciativas como Micasso Baby Club, que ofrece clases de música en inglés para niños desde recién nacidos hasta los cuatro años.

Ann- Sophie Peers, fundadora de Micasso Baby Club y especialista en educación musical con años de experiencia en desarrollo infantil, explica: «La música es un lenguaje universal que los niños comprenden incluso antes de aprender a hablar. Queremos que nuestras clases sean un espacio donde las familias puedan crear recuerdos significativos mientras fomentan el desarrollo de sus hijos de una manera divertida y natural».

Más que una clase, una experiencia integral

Las sesiones combinan canciones en inglés, instrumentos musicales y actividades sensoriales adaptadas a cada etapa del desarrollo infantil. Por ejemplo, los niños exploran distintos ritmos utilizando pequeños tambores y maracas, mientras siguen canciones guiadas que fomentan el desarrollo motor y la coordinación. Desde los recién nacidos en el grupo «Mini Mozarts» hasta los preescolares en «Bouncing Beethovens», cada clase sigue un enfoque basado en la pedagogía musical y la estimulación temprana.

El poder de la comunidad

Además de los beneficios educativos, las clases fomentan una comunidad de apoyo entre padres y cuidadores. Participar activamente en la experiencia musical fortalece el vínculo familiar y ayuda a crear rutinas positivas en el hogar.

Peers añade: «Queremos que los padres sientan que no están solos en esta etapa tan intensa de la crianza. La música se convierte en un vehículo para conectar no solo con sus hijos, sino también con otras familias que comparten los mismos valores».

Un futuro prometedor para el desarrollo infantil

En un mundo cada vez más digital, iniciativas como Micasso Baby Club recuerdan la importancia de las experiencias compartidas y las conexiones humanas. La música no solo entretiene; construye futuros más brillantes y seguros para los niños.

Datos clave:

Según un informe de la Asociación para la Educación Musical de la Infancia, los niños expuestos a clases de música desde temprana edad tienen un 30% más de probabilidades de desarrollar habilidades lingüísticas avanzadas.
Un estudio de la Universidad de Harvard encontró que tocar un instrumento musical estimula la conectividad entre los hemisferios cerebrales, mejorando la memoria y las habilidades motoras. Asimismo, una investigación publicada en Journal of Neuroscience mostró que los niños que reciben formación musical temprana presentan mayor desarrollo en las áreas del cerebro asociadas con el control motor y el procesamiento auditivo.

La crianza consciente y el desarrollo infantil son prioridades crecientes, iniciativas como Micasso Baby Club destacan por su enfoque innovador y humano. Al combinar música, aprendizaje y comunidad, demuestran que una infancia enriquecida comienza con experiencias significativas que perduran toda la vida.

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