La historia del queso con peras es conocida por todos y también será cierto que no debemos decir lo bueno que es para el agricultor, pero al menos nos permite pensar en ciertos aspectos. En primer lugar, cómo las relaciones, los encuentros, las mezclas siempre crean algo bueno. En un sentido gastronómico, claro, pero no solo. Lo mismo que en el ámbito de la comida, ocurre en el mundo de las artes, por ejemplo, o de las comunicaciones y del entretenimiento. Aquí las interacciones entre TV, streaming, cine, libros, canciones y juegos se convierten en un terreno fértil para nuevos contenidos, nuevos proyectos, nuevas modas, y crear tendencia entre millones de personas.
Tomemos un objeto, un título, para ser más claros. El ejemplo más exitoso, en este sentido, es el de El señor de los Anillos, una obra maestra épica y fantástica escrita por Jhon Ronald Tolkien entre 1936 y 1949, pero no publicada hasta 1950. De la novela, del papel, a la gran pantalla y al cine, el paso fue corto. Así llegamos en 2001, año en el que se estrena en cines la primera etapa de la trilogía, La Compañía del Anillo, seguida un año después de Las Dos Torres y finalmente en 2003 de El Retorno del Rey. Tres obras de culto, que cada nueva entrega mejoraba a sus predecesoras tanto en espectadores como en facturación. 871 millones de dólares el primer episodio, más de 900 millones el segundo y algo así como 1200 millones el tercero. Em total, casi 3.000 millones en recaudación, frente a un presupuesto para acometer estos proyectos de apenas 280 millones de dólares. Un negocio redondo.
Ahora de la pantalla grande pasaremos también a la pequeña. De hecho, la noticia de estos días es la realización de una serie de televisión inspirada en el mundo de los elfos, orcos y hobbits. El productor será Bryan Cogman, quien anteriormente trabajó en Juego de Tronos. Este último título fue protagonista de otro intercambio de obras en diferentes campos del ocio, de la serie al juego. Un proceso similar al de Frankestein, una de las máquinas tragamonedas online más famosas del mercado, que en realidad nació como una novela gótica y de terror escrita en 1816, creada por la británica Mary Shelley. Y desde 1910 hasta hoy, más de 35 películas se han inspirado en el monstruo más famoso de la historia.
En definitiva, una relación muy productiva entre el género audiovisual y el del juego, tal y como el que existe entre el cine y el deporte. Con tan solo un vistazo en el séptimo arte podemos mencionar la obra maestra de Rocky Balboa, líder de taquilla con una recaudación total de 5.16 millones de dólares. Otro ejemplo es la película de 2004 «Million Dollar Baby», protagonizada por Hilary Swank y Morgan Freeman. que registró $ 216 millones en recaudación. El presente, en cambio, habla de Upside Down, la nueva cinta dirigida por el director romano Luca Tornatore, que parte del boxeo para posteriormente hablar de temas tan importantes como el síndrome de Down.
Cine, televisión y videojuegos, todos ellos aristas de un entretenimiento interrelacionado.