España ha experimentado en los últimos meses los efectos de la pandemia mundial de manera sobrecogedora. La crisis sanitaria y económica provocada por el nuevo coronavirus ha supuesto un cambio en nuestros estilos de vida y nos ha llevado a establecer otros modos de hacer las cosas.
Gestos como quitarse los zapatos antes de entrar en casa, limpiar la compra o llevar siempre en el bolso gel hidroalcohólico para limpiarse las manos en cualquier momento y lugar son algunos de los hábitos que hemos incorporado a nuestro día en los últimos meses. Algo impensable hace menos de un año… ¡Y ya ni hablemos de salir a la calle con una mascarilla puesta! Si cuando empezó 2020 alguien nos hubiera avisado de que ésta iba a ser nuestra realidad en unas pocas semanas, le hubiéramos llamado loco.
Pero así es. El virus nos confinó varios meses y luego ha llegado la conocida como nueva normalidad. Gracias a la privación de libre movilidad nos hemos dado cuenta de muchas cosas. Una de ellas es lo mucho que se echa de menos a la familia y los amigos cuando no podemos verlos… Sobre todo las costumbres y tradiciones que se van entablando y que se convierten en rituales semanales o mensuales de los que luego cuesta mucho desprenderse.
Esas comidas familiares los domingos -cuya cuasi obligatoriedad hemos hasta detestado en algunas ocasiones y que durante el confinamiento hemos añorado-, esos paseos vespertinos con nuestra pareja, llevar a los nietos al parque los domingos por la mañana, las cenas de los fines de semana en casa con amigos…
Amigos y fútbol
Quizá los amigos merezcan capítulo aparte. Hemos echado mucho de menos compartir ratos y risas con ellos, sobre todo los fines de semana. Las pachangas de los sábados por la mañana o los domingos por la tarde se vieron interrumpidas, por ejemplo. ¡Nos quitaron hasta el fútbol profesional! Por suerte, el deporte rey volvió y con él las agradables veladas, aunque sean online, en las que comentar y emocionarse con nuestros equipos favoritos.
Entre amigos, una sana costumbre es hacer porras y apostar quién se llevará el gato al agua sobre el terreno de juego. La diversión está en arriesgar un poco, jugando en casas de apuestas legales en España.
El retorno de las actividades deportivas ha permitido continuar con esta dinámica a muchos grupos de colegas, que incluso compran para sus apuestas bonos a fin de que les resulte más económico.
En una mesa, en torno al televisor u ordenador, las patatas fritas, aceitunas y unas pizzas, se puede pasar una tarde de fin de semana -o incluso entresemana- de los más amena. Compartiendo la pasión por el deporte con los amigos de toda la vida y jugando a ver quién hace mejores pronósticos deportivos. Para elegir un operador de apuestas online, siempre se pueden comparar, siendo muy difundida la buena opinión de Bet365 y sus apuestas en vivo.
En cualquier caso, el fin del confinamiento nos ha devuelto la posibilidad de ver a nuestros seres queridos -aunque sea con mascarilla de por medio-, y de retomar sanas costumbres con los amigos.