Europa Press. En la Biblioteca Digital Mundial se presenta el Liber Chronicarum como «una historia universal compilada a partir de fuentes contemporáneas y otras más antiguas por el doctor, humanista y bibliófilo de Nuremberg Hartmann Schedel (1440-1514). Es uno de los libros más densamente ilustrados y técnicamente avanzados de los comienzos de la imprenta».
El ejemplar, que sale a venta en el portal malagueño todocoleccion por valor de 65.000 euros, impreso en 1493 contiene 1804 grabados reproducidos a partir de 645 planchas xilográficas.
El portavoz de todocoleccion, Ignacio del Valle, ha indicado a Europa Press que el término incunable, «en pañales» se aplica a los volúmenes editados desde la invención de la imprenta hasta el año 1500.
Las Crónicas de Nuremberg describen desde el origen de la creación en canónica versión bíblica hasta «la última hora» del descubrimiento de «unas tierras» en referencia al Nuevo Mundo en 1492. A partir de entonces en la Historia Universal, se considera el inicio de la Edad Moderna.
El origen de este hallazgo está «bien documentado», procede de la biblioteca privada de un diplomático y bibliófilo cuyos herederos lo vendieron a un reputado librero español. El Liber Chronicarum es «un original digno de museo» en palabras de su propietario, el librero y anticuario Ignacio Martín Villena, que ha explicado que «se trata de una copia impresa coloreada y rubricada».
Copias similares constan en la Academia de San Fernando (Madrid), Abadía del Sacromonte (Granada), Biblioteca Palafoxiana (Puebla, México), Museo de Bellas Artes (Boston), Biblioteca Nacional de Chile (Santiago), Área Cultural del Banco, (Cúcuta, Colombia) o la Biblioteca Central Pública (Durango).
Biblioteca Digital Mundial
Según recoge la Biblioteca Digital Mundial, el empresario de Nuremberg Sebald Schreyer y su cuñado, Sebastian Kammermeister, financiaron la producción del libro. Michael Wolgemut y su yerno Wilhelm Pleydenwurff ejecutaron las ilustraciones alrededor de 1490, en un momento en el que «su taller estaba en su pico artístico» y el joven Alberto Durero estaba completando su aprendizaje allí.
Las vistas de los pueblos, «algunas auténticas, algunas inventadas o copiadas de modelos más viejos, son de interés artístico y topográfico». Muchas de las ilustraciones son vistas topográficas de ciudades realizadas en gran formato, destacando entre ellas el mapa de Ptolomeo y otro de Europa Central y Oriental .
