Las Fuerzas Armadas preparan a 2.000 rastreadores

Las Fuerzas Armadas preparan a 2.000 rastreadores

Europa Press. La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha informado de que unos 2.000 rastreadores del Ejército han sido formados de cara a apoyar las labores de rastreo de positivos en Covid-19 y sus posibles contactos, que se están realizando en los diferentes territorios. Un total de 13 comunidades autónomas, así como las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, han solicitado ya esta ayuda.

En declaraciones a los periodistas, durante una visita a la base naval de Rota, la ministra ha explicado que «durante toda esta semana han habido reuniones con las comunidades autónomas que lo han pedido». Así, se han producido distintos encuentros de coordinación «para ver los sistemas informáticos».

«Se ha empezado a trabajar en Meilla y hoy se está trabajando en Canarias, en Castilla y León y en Ceuta», ha confirmado Robles, detallando que «mañana se empieza a trabajar en Madrid y Valencia, y en las demás comunidades hay un calendario de actuación».

Reducir riesgo de contagios

Asimismo, la ministra de Defensa ha agradecido «el trabajo de todas la comunidades autónomas» y ha resaltado que «la labor de rastreo es una labor esencial y fundamental porque si no hay un verdadero rastreo hay mucho más riesgo de que haya contagios». Por eso, según ha continuado «es importante que las Fuerzas Armadas, con la eficacia con la que trabajan siempre, se estén incorporando a estas labores». En concreto, en Andalucía se han solicitado a 360 rastreadores.

Por otra parte, Margarita Robles ha agradecido también a la Armada «el papel que realizaron en la Operación Balmis». «España tiene una deuda de gratitud con las Fuerzas Armadas», ha afirmado, asegurando que «sus hombres y mujeres van a estar donde haga falta».

La Operación Balmis comenzó tras la declaración del Estado de Alarma. Según ha explicado el Coronel de Intendencia, Manuel Pérez, «el esfuerzo principal de la operación recayó, como suele ocurrir en todas las ocasiones en las que hay escenarios como este, en la Fuerza de Infantería de Mar».

El Mando Componente Marítimo recayó sobre el Almirante de la Flota, que dirigió desde su Cuartel General en Rota el desarrollo de la Operación. Así, adscribió al buque Juan Carlos I, los buques anfibio Castilla y Galicia, y los buques de aprovisionamiento de combate Cantabria y Patiño.

A las misiones iniciales de presencia, reconocimiento y desinfecciones generales se añadieron, tras la incorporación de la Sección NBQ del Tercio de Armada, las desinfecciones integrales de residencias, instalaciones hospitalarias, centros de asistencia y otras dependencias de administraciones locales y de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

Durante el mes de abril se alcanzó el momento de mayor adscripción de personal a la Operación, con 2.826 efectivos el día 20, y de mayor participación directa, el día 7, con 650 efectivos. Además, la Armada aportó también apoyos logísticos, con más de 2.000 camas para alojamiento de personal, y la práctica totalidad de los medios de transporte terrestre de los Parque de Automóviles de los Arsenales.

El impacto inicial producido por el Covid-19 obligó a limitar drásticamente la actividad ordinaria de la Flota y el esfuerzo actual se dirige en recuperar la plena capacidad operativa de las unidades tras los periodos de aislamiento y certificación. En todas las operaciones se priorizan las medidas de seguridad sanitarias durante la preparación, incluyendo cuarentenas, aislamiento del personas y realización de test previos al inicio del despliegue.

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