Europa Press. La Comunidad de Madrid acometerá una clasificación de las residencias para determinar su grado de medicalización y posibilidades de aislamiento para, con ello, priorizar el acceso al sistema sanitaria para aquellas que no dispongan de suficientes medios.
Por otro lado, se potenciará el trabajo coordinado entre el Samur y el SUMMA para facilitar las derivaciones de ancianos a hospitales de cara a evitar riesgo de «cuellos de botella» en cuanto a los traslados, pudiendo también contratarse empresas externas en caso de requerirse circuitos específicos para este colectivo.
Además, todas las residencias deberán disponer de un plan de contingencia específico, al igual del que ya tienen los hospitales, para lo cual ya se les ha remitido un documento donde detallarán sus medidas ante el coronavirus, y se revisará los criterios para la concesión de licencias de apertura de estas instalaciones.
Formación del personal de las residencias
También se va a aumentar la formación de los profesionales sanitarios de las residencias, los hospitales Gregorio Marañón e Infanta Leonor desplegarán cursos de capacitación en los centros, se ha garantizado un acopio de equipos de protección individual específico para estos centros en caso de que se produzca una segunda ola de coronavirus.
Así lo ha indicado en una entrevista con Europa Press el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Enrique Ruiz Escudero, para incidir en que se va a elaborar una nueva orden por parte de la Dirección General de Coordinación Sociosanitaria que catalogará las residencias en tres grande tipos, adoptando con ello la propuesta formulada por la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología.
Concretamente se pautará la categoría ‘A’ para aquellas residencias que tienen profesionales suficientes para prestar atención a todos los usuarios e instalaciones de cara a practicar un adecuado aislamiento ante el coronavirus.
Otro tipo intermedio, bajo la etiqueta ‘B’, identificará a aquellas que disponen de los profesionales sanitarios necesarios par asistir a los mayores pero tienen «dificultades» para aislarles convenientemente por sus características constructivas de los inmuebles, aunque sí podría hacerlo de forma puntual, como puede ser confinar en una habitación individual.
Finalmente, estaría el último grupo de centros (tipo ‘C’) dentro de esta clasificación que no reuniría ni profesionales ni un edificio acorde para aislar zonas específicas en caso de brote.
El objetivo es disponer de un mapa de los medios de las residencias, que es un sector «muy heterogéneo», en cuanto a su disponibilidad de asistencia sanitaria en caso de crisis de Covid-19 y conocer su régimen de gestión (si son públicas, privadas o concertadas).
Un paso más
Escudero ha recalcado que la Comunidad dispone de un sistema de actuación vigente desde hace «muchas semanas» basado en «mucha coordinación en la red de Atención Primaria con hospitales», con 66 equipos que proporcionan asistencia a estos centros (tratamiento médico, oxigenoterapia…) pero entiende «se debe dar un paso más» en la línea de lo que pautan las sociedades de geriatría.
«Eso permitirá según este tipo de clasificación qué prioridad tiene con respecto al sistema sanitario, pues no es lo mismo que tengan un equipo estable o si requieren más telemedicina, para en función de ello ir adaptando el nivel de respuesta según la sanitarización de las residencias», ha agregado.
Otro aspecto relevante será la «exigencia» de un plan de contingencia para que la Consejería de Sanidad conozca, de antemano, cómo se van a comportar en caso de detección de casos nuevos de coronavirus en sus instalaciones.
Durante esta crisis sanitaria, la Consejería de Sanidad ha medicalizado un total de 232 residencias, con presencia de equipos sanitarios de forma estable. Además, se han dispensado más de 176.215 dosis de medicamentos en 380 centros y se han facilitado 3.039 concentradores de oxigenoterapia en 270 instalaciones.
«Se trata de saber qué tienen pensado, cómo tienen pensado los sistemas de derivación con los geriatras de enlace y luego, otro punto importante, es la protección del personal sanitario, que tengan los equipos de protección individual», ha desgranado.
Entre los planes para potenciar la respuesta ante el coronavirus en estos centros sociosanitarios, aparte de la posibilidad de contratar hasta 54 geriatras más, se encuentra el estudio de seroprevalencia tanto a residentes como a profesionales, que se lanzará próximamente y que utilizará el punto de partida de la investigación del Hospital Gregorio Marañón, que detectó presencia de anticuerpos en el 70 por ciento de los ancianos y el 30 por ciento de cuidadores.
También se quiere extender el «modelo» de la Unidad de Atención al Paciente Institucionalizado (UAPI) del Hospital Universitario Puerta de Hierro Majadahonda a otros centros, dado que ha funcionado «muy bien» en su ámbito al pautar «circuitos preferentes» tanto en Urgencias como en hospitalización de este tipo de pacientes, así como servicio de telemedicina o traslado del facultativo a la propia residencia para no tener que hacer derivaciones.
«Es un modelo que lleva varios años con buenos resultados y la verdad que es un modelo que se puede exportar a las residencias», ha aseverado el consejero de Sanidad, pues la idea también es disponer en las Urgencias de unidades específicas de atención a anciano, lo que permitirá adecuar ingresos y trazar planes de cuidados adaptados a sus condiciones.
Los médicos deciden la medicalización
Escudero ha manifestado, además, que medicalizar es dar el apoyo y respuesta asistencial que requiere la situación clínica del paciente y de las características del centro.
«Lo que supone medicalizar residencias lo tiene que decir Sanidad, no un ayuntamiento (…) Quien tiene que decirlo son los médicos», ha señalado en alusión a algunos municipios, como Leganés o Alcorcón, que han demandado más medidas e incluso han acudido a los tribunales por ello.
También ha recalcado que habrá que revisar el modelo de las residencias, como «elevar» el nivel de exigencia a la hora de abrir nuevas instalaciones, pero que tampoco pueden ser «hospitales» porque se trata del «hogar» de los ancianos. Por ello, esta nueva estrategia busca agilizar el acceso al sistema sanitario en caso de ser necesario.