El amor por internet: expectativas y realidades

Redacción. ¿Quién no conoce una historia cercana de alguien que conoció a su pareja por una aplicación para ligar? ¿Quién no conoce a un amigo que haya mantenido una relación a larga distancia con alguien que conoció por internet? Para nadie es un secreto que las dinámicas sociales y afectivas se han modificado abismalmente con los acelerados avances tecnológicos que hemos vivido en las dos últimas décadas. Desde pagar la luz y el agua hasta encontrar el amor, internet hoy por hoy es una herramienta imprescindible que sigue rompiendo paradigmas en todos los ámbitos.

En el ámbito afectivo precisamente, son cada vez más las personas de todas las edades que recurren todas las webs de contactos disponibles para conectar con desconocidos por las más diversas razones, desde la necesidad de relacionarse en una ciudad nueva hasta conseguir una pareja estable con quien estructurar planes a futuro. Es interesante explorar en este fenómeno y en las causas que llevan al éxito de las aplicaciones móviles y las web de contactos para ligar y relacionarse.

Enamorarse tiene un componente de ansiedad y nerviosismo que es completamente parte de la experiencia misma. La dinámica más común para un enamoramiento, era que ambas personas estuvieran presentes físicamente, de manera que pudiera desarrollarse un acercamiento en base al contacto físico, sexual y emocional. Pero desde la irrupción del internet como herramienta modificadora de todos los aspectos de nuestra vida, los casos de enamoramientos virtual entre dos personas es una realidad.

Expectativas, fantasías y realidades
Muchos de los estudios basados en medir el porcentaje de relaciones exitosas que surgen de portales de dating o aplicaciones para ligar, demuestran que la mayoría de usuarios se apunta inicialmente para pasar un buen rato, y que el amor es un efecto secundario al que, si bien no están cerrados, no es su principal objetivo. Sin embargo, también son muchos los especialistas que recalcan que una relación virtual es una relación platónica en tanto las dos partes no se conozcan, pues en una relación virtual lo importante no es la persona sino la experiencia.

Los sentimientos que podemos sentir por alguien que conocemos en internet son igual o más fuertes que los que se desarrollan cuando la dinámica es física. Esto también influye en que nuestro nivel de idealización sea altísimo y queramos desesperadamente que la idea que nos hemos hecho de esa persona se cumpla en la realidad. Lo cierto es que no existe un consenso absoluto entre la experiencia de cada usuario y lo que demuestran los estudios que intentan abordar el tema: las relaciones virtuales conllevan los mismos sentimientos positivos y negativos de las relaciones tradicionales.