Salud, absentismo laboral y tratamiento del dolor

Redacción. En diciembre de 2017, la Sociedad Española del Dolor publicaba en nota de prensa los resultados de un pequeño estudio realizado con Portugal en el que se afirmaba la población española había perdido, de media, 17 días laborales a causa de algún tipo de dolor. Y es más, algunas patologías como la lumbalgia suponen, según este análisis, una pérdida de 162 millones de euros al año, una cifra que en ningún caso se puede despreciar, ni ignorar.

En este sentido, al absentismo laboral por bajas se ha convertido, en este último tiempo, en un indicador más de la economía del país y de cómo van las empresas, la sociedad y la crisis. De hecho, en junio de 2017, Adecco presentaba su informe sobre absentismo en el que se aseguraba que en 2016 había vuelto a crecer – seguía una tendencia al alza desde 2013 – y ya se había situado en niveles de precrisis, o en niveles, al menos de 2009 – dependiendo del año en que se feche el inicio de la crisis de forma efectiva.

El absentismo laboral encierra, a veces, unas connotaciones negativas y que, además, son aleccionadas por noticias como la que se podía leer hacía unas semanas sobre el funcionario de la Diputación de Alicante que había trabajado tan sólo 18 meses en 15 años.

Si hay que ceñirse a la definición de absentismo laboral y que hace la propia Adecco, esto significa el cálculo de las horas no trabajadas, sin contar vacaciones o algún tipo de regulación de empleo realizado por la empresa, respecto a las horas de la jornada estipuladas por contrato.

También esta consultora de recursos humanos, aparte de la cantidad de dinero que se pierde a nivel país en horas no trabajadas, recalcaba cómo el informe revelaba que el 35% de las bajas que se producían por incapacidad temporal (enfermedad común) se hacía de manera fraudulenta.

Este informe, asimismo, señalaba que los datos de absentismo eran más altos en mujeres que en hombres y lo achacaban a las cargas familiares, lo que debería llevar a una reflexión más amplia sobre el tema de la corresponsabilidad y la conciliación real de ambos sexos.

En cualquier caso, sea como fuere, en España aún sigue habiendo mucho desconocimiento acerca del dolor. Es cierto que un resfriado no es motivo para quedarse en casa, al menos no es aceptado socialmente, pero en el panorama empresarial aún sigue habiendo un gran desconocimiento acerca de enfermedades crónicas que duelen tanto física y psíquicamente (y viceversa) que impiden acudir al puesto de trabajo u otras patologías y cómo la relación con el dolor es del todo subjetiva.

La Sociedad Española del Dolor, si bien no lo trató de forma empírica, concluía en ese artículo que el tratamiento del dolor, sobre todo el crónico, es más beneficioso que su no tratamiento, independientemente de que por ello haya que ausentarse durante algunos días del trabajo.

Así, es la lumbalgia la que genera mayor gasto público y los datos revelan que el 80% de la población la padece en algún momento de su vida y esta patología produce, siempre según estas fuentes, más de 2 millones de consultas en atención primaria.

La lumbalgia, como se puede ver en la web de HHP, se puede definir como «el dolor repentino localizado en la parte baja de la espalda, causado por la obstrucción de una articulación vertebral o un esguince en los músculos de la espalda.»

Puede ser algo pasajero o puede quedarse instalado durante un cierto tiempo. Lo que está claro es que duele y el dolor también hay que saberlo gestionar.

Según esta empresa especializada en bienestar y cuidados de la salud, las causas más comunes de la lumbalgia suele estar relacionadas con problemas de la columna o con alteraciones musculares en esa misma zona, por una mala postura o por un movimiento brusco.

Normalmente, se calcula que el tratamiento o el tiempo que la persona está aquejada del dolor puede llegar a durar hasta seis semanas; seis semanas con sus días y sus noches, en las que los expertos recomiendan, ante todo, reposo. Reposo, tratamientos de frío y calor y consultar al médico antes de tomar ningún tipo de medicamento.

Por otro lado, la tecnología de la andulación también puede ayudar a calmar el dolor, ya que reactiva la circulación y favorece la movilidad, a través de las vibraciones mecánicas y el calor por infrarrojos aplicados en una postura ergonómica aconsejada para ello.

Acelerar la curación es importante para el bienestar de la persona, pero no hay que, en ningún caso, querer correr mucho o anticiparse ya que se puede conseguir el efecto contrario. Convendría, quizá, estudiar cuántas personas piden el alta de manera anticipada también provocando un mayor daño a sí mismas y a la empresa al tener que volver a estar de baja por una enfermedad mal curada. Llevar una vida saludable puede ayudar a disminuir este tipo de patologías y, por ende, aumentar la productividad a nivel de empresa y, por qué no, la tranquilidad y felicidad de la persona trabajadora.

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