
Redacción. En lo que se refiere a viajar barato, las compañías aéreas pusieron, desde hace tiempo, Europa a nuestra disposición. Sin embargo, la mayoría de nosotros solo miramos el precio del vuelo y no contemplamos la posibilidad de que pagando 10 o 20 € más por un vuelo, podemos ir a un destino mucho más barato.
Por ejemplo, para aquellos que no tienen un gran presupuesto, pero quieren hacer algo diferente, destinos como Rumanía son una buena solución, ya que son baratos e interesantes. Para que te hagas una idea, desde Madrid es fácil encontrar billetes de avión sobre los 100 € ida y vuelta. En cuanto al alojamiento, por ejemplo en Brasov, ciudad,cerca de los castillos que te proponemos más adelante, se pueden encontrar lugares para dormir de buena calidad alrededor de los 50 € y, por supuesto, los hay mucho más baratos.
Lo cierto es que Rumanía es uno de los destinos olvidados por los turistas españoles, especialmente todo lo que está más allá de Bucarest. Hoy te proponemos tres fantásticos castillos que podrías visitar en Rumanía para hacer un viaje barato interesante, que se salga de lo estándar en nuestro país.
- El Castillo de Bran, Brasov


Es el más famoso y visitado de los castillos de Rumanía. Seguramente porque forma parte de circuitos turísticos como el castillo de Drácula. Sin embargo, lo cierto es que Vlad Ţepeş, gobernante de Walachia, a quien se le ha atribuido la leyenda, nunca vivió en el castillo de Bran según los historiadores. Pero eso no quita que sea una visita que merece, y mucho, la pena.
Originalmente fue construido como una fortaleza militar (en 1377) pero sufrió varios cambios entre 1622 y 1886, hasta que finalmente en 1920 se la convirtió en un castillo por orden de la Reina María. También ha funcionado durante mucho tiempo como un museo estatal. Recientemente, en 2006 se le devolvió a Dominic de Habsburgo y su familia, los herederos por ley, después de la donación que hizo la Reina María. Está abierto para visitas desde el año 2009.
Está emplazado cerca de un acantilado y rodeado por bosques en un lugar que realmente da pie a imaginar relatos fantásticos. En el interior, sus muebles, la biblioteca con paredes recubiertas de madera y el patio interior no defraudan, aunque prepárate para encontrar muchos turistas.
- El Castillo de Peles, Sinaia.
Entre 1873 y 1875 se fundó la fundación del futuro castillo de Peleş, por iniciativa del rey Carol I de Rumanía, que también decidió que el antiguo asentamiento de Podu Neagului se llamaría en el futuro Sinaia. Las obras fueron dirigidas por tres arquitectos: Johannes Schultz, Carol Benesch y Karel Liman. Desde 1914 hasta 1947, el castillo se utilizó para visitas oficiales. En 1948, los comunistas lo cerraron y los bienes de su patrimonio se inventariaron, siendo una parte transferida al Museo de Arte de Bucarest. En el año 2007, se le devolvióal rey Miguel y desde entonces se puede visitar.
En la visita disfrutarás de impresionante mobiliario, lámparas enormes, vidrieras y preciosos elementos de las artes decorativas.
- Castillo Bethlen Haller, Alba.
De estilo renacentista francés, este castillo fue construido en la primera mitad del siglo XVII en las tierras de Stefan Bethlen, el hermano del gobernador de Transilvania, Gabriel Bethlen. El castillo reproduce el cuerpo central del castillo de Chambord en Francia. La principal curiosidad de la construcción es que no tiene patio interior. Cuenta con cuatro torres circulares ubicadas en las esquinas y una quinta en una fachada lateral. Tras ser devuelto al último descendiente de la familia Haller, éste lo vendió al productor de vino Jidvei. Actualmente se puede visitar, pero hay que solicitarlo previamente, algo recomendable, especialmente si eres aficionado al enoturismo. Y para los que quieren pagar un poquito más, podrán alejarse en las dependencias del castillo.
Esos castillos son sólo algunos ejemplos de lo que merece la pena visitar en Rumanía más allá de su capital. Si no puedes permitirte viajes como estos porque es demasiado gasto de una sola vez, puedes poner ahora la mitad del coste y pedir un préstamo por la otra mitad. De esta forma distribuyes el gasto en dos meses. Infórmate de ello aquí.