Las «aventuras» de su protagonista en el Amazonas en la búsqueda de El dorado, la ciudad de oro, se alejan de la persecución material y ahonda en la búsqueda del ser humano en los límites de su ambición, u obsesión, enfrentado a la belleza de la experiencia del camino, se gane o no, se llegue o no. La ciudad perdida de Z es el destino de todos, la ciudad de oro, nuestro sino, nuestra vida, nuestra motivación y nuestro amor por la vida. Z no es más que una incógnita perdida en una selva peligrosa amazónica; Z es, en definitiva, nuestra búsqueda arqueológica del oro que esconde nuestra alma como seres humanos. Una película preciosa con mucho cine de altura en sus imágenes.